Curro Romero, 11 años sin México

Curro Romero conectó con el público en su reaparición en ruedos mexicanos, en la feria navideña de Querétaro, después de una ausencia de 11 años, al despertar su duende en varios pases con la diestra a un toro claro. Algunos lectores se preguntarán, qué es el duende para el que esto escribe. Es una maravilla inefable en el torear. Y, así, sobrecogidos por la emoción, admiramos cómo el mito sevillano, adelantaba la muleta, embarcaba al astado estirando el brazo y cargaba la suerte. Sin forzar la figura toreaba con su soltura muy personal, girando cintura y brazo rítmicamente, con precisión y suavidad en el temple.Con el morlaco que salió en segundo lugar y terminó sin recorrido y terciándose (caminando de lado) el Faraón de Camas poco quiso hacer. Pero al alegre cuarto llamado Soñador, de 514 kilogramos, que por principio se montó al picador, pero que acabó suave y fijo, después de doblarse con el cornúpeta le desarrolló una faena en los medios que fue de menos a más, donde sobresalieron tres series de derechazos. En cada tanda fueron ejecutados dos muletazos con su estilo tan peculiar y así, la afición enardecida, disfrutó de estos destellos de arte. Los espectadores del tendido de sol emocionados lanzaron sombreros al ruedo en el transcurso del trasteo.

Al bicho con genio que se corrió en tercer turno, Armiñita Chico lo lidió hábilmente. Y al quinto que principió pronto lo lanceó con enjundia y deseos de agradar pero como el animal se empezó a colar, lo despachó pronto.

Al que abrió el festejo y con el que recibió el doctorado de su maestro Curro Romero, Rodrigo Galguera abrevió por lo receloso del burel. Con el que cerró plaza, un ejemplar sin malas ideas, se le vio falto de sitio.

Al abandonar el redondel de la plaza de San María en Querétaro, la concurrencia despidió cariñosamente a Curro Romero quién manifestó estar contento con su actuación pero manifestando que aún no le ha salido el toro en México con el que él piensa realizar su faena.