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Dónde no comprar condones

Francisco Peregil

Tres farmacias: una en la calle de Ayala, 53; otra, muy cerquita de ella, en Don Ramón de la Cruz, 59, y la última, a la salida del metro de Herrera Oria, esquina con Fermín Caballero. En ninguna vendían preservativos el año pasado (véase EL PAÍS del 10 de diciembre de 1991) y en ninguna los venden ahora. En la primera, la de Ayala, en pleno barrio de Salamanca, la dependienta alegó que no le quedaban y que no tenía.-Pero... ¿no tienen ahora o no tienen nunca? -

-La verdad es que nunca porque nuestra clientela no los demanda. Son gente mayor. (El año pasado adujeron razones más inmateriales).

En la botica de Don Ramón de la Cruz, el auxiliar, frisados los 60 y de trato exquisito, aseguró mantener lo mismos fundamentos morales y religiosos a los de 1991 Desde lo alto de una escalera mientras alcanzaba algún medicamento, sentenció: "So muchos los compañeros que están de acuerdo conmigo".

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En la botica de Herrer Oria, dos muchachos, ella y él, simplemente dijeron que no tenían.

-¿Por razones morales?

-Por ejemplo -contestó ella.ç

Dónde sí

Si durante una noche sólo permanecieran de guardazi esas boticas o algunas de similar condición, siempre habría preservativos en la calle de Pelayo, donde radican varios bares y discotecas de clientela homosexual.

El dueño del New Cueros los reparte gratis, porque a él se los pasan gratis. En Leather hay máquinas a 20 duros la pieza, salen en bolitas; en Visceral los venden en cajas a precio de farmacia. En Troyans, también en la calle de Pelayo, como los anteriores, la máquina funciona desde hace tres años: 300 pesetas la caja de tres. Al mes se venden unas 40 o 50.

En esos locales, mucho clientes aparecieron el martes con el lazo rojo. Los camareros de Visceral aseguraba que aquel día sólo llegaron Ios homosexuales más esnobs. "Sí, eran las marcadas, que querían señalarse, muy monas ellas. Las mercerías habrán hecho su agosto. Mucha gente que lo llevó todo el año no se lo puso el martes". El lacito se olvidó pronto. El día siguiente se veían muy poco lazos en el ambiente.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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