"Grande, audaz y volátil"
Los kuwaitíes crearon en España un complejo grupo empresarial cuajado de problemas
Kuwait Investment Office (KIO) ha conseguido, en ocho años de notoria actividad empresarial en España, constituir un grupo industrial, financiero y de servicios complejo y cuajado de problemas. Ya al poco de iniciar su actividad, en 1986, The Economist definió la oficina de inversiones árabe como "Grande, audaz y volátil". La definición no gustó a KIO: chocaba con el "carácter permanente" de sus inversiones. Ahora se ve que el legado de KIO en España es efectivamente grande, por complejo, y audaz, por la magnitud económica del fracaso empresarial.
KIO inició su andadura en España en 1984, con la compra de Industrias del Papel y de la Celulosa (Inpacsa) a la familia del ex alcalde de Barcelona, José María Porcioles. Fue, con 4.780 millones de pesetas, el inicio. En 1985 compró la Papelería Riera.. En 1986 inició la compra de Torras Hostench y, posteriormente, la de Explosivos Río Tinto (ERT) y Cros. Invirtió también en bancos (Vizcaya, Banco Central).Así hasta conformar un grupo complejo, cruzado, con intereses en el sector papelero (Torras); alimentación (Ebro Agrícolas); financiero; inmobiliario (Beta Capital, Prima) y químico (Ercros). Fueron los buenos tiempos. Activos industriales valorados en 700.000 millones, según decían, un lema: "nuestra única regla es no tener ninguna regla" (Fouad Kaliled Jaffar) y un ejército de inversores dispuestos a endeudarse para invertir allí donde se insinuara la sombra de KIO o de su hombre fuerte, Javier de la Rosa.
Los buenos tiempos se acabaron en 1992. El año de la crisis nacional e internacional. El hombre fuerte de los árabes en España, Javier de la Rosa, abandonó el buque KIO en 1992. Vendió a la oficina de inversiones su participación en Torras (7%) y volcó esfuerzos y proyectos en Corporación CNI, y Grand Tibidabo. De la Rosa dejaba atrás un conglomerado más que debilitado y complejo (ver cuadro).
Según la documentación remitida por Cóopers and Lybrand a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado octubre, el grupo de empresas participadas por Torras-KIO sólo tenía una sociedad realmente sana, apetecible: Ebro Agrícolas. En 1991, los datos más relevantes de esta sociedad así lo mostraban: 4.485 millones de capital; reservas de más de 52.000 millones, y unos resultados ordinarios de 7.412, más 2.268 de extraordinarios.
En el grupo de empresas con problemas menores se incluían, además de Ercros y Fesa-Enfersa, Erpo -resultados de 16 millones en 1991 y pérdidas extraordinarias de 83 millones-; Beta Capital, y- sus filiales -resultados de 50 millones-; Prima Inmobiliaria; Deltec Panamérica -1.837 millones de resultados en 1991- y Seguros Amaya -235 millones- El resto de empresas, de acuerdo con la auditoría elaborada por Coopers and Lybrand, tenían una situación más delicada. Volátil. Era el caso de Ercros (resultados negativos de 16.436 millones), de European Paper -pérdidas de 1.465 millones-; de Industrias Burés -resultados negativos de 3.551 millones- y de Inversiones Bruch e Inversiones Bailén, con pérdidas de 25 y 636 millones, respectivamente.
Los poderes
Tales son los poderes de KIO en España al cabo de ocho largos años. Un periodo en el que la agencia de inversiones kuwaití llevó a cabo operaciones espectaculares: la mayor ampliación de capital de la historia -55.000 millones en Torras, 1986-; segregación de actividades; OPAs de exclusión de Bolsa -grupo Torras en 1990-; trasvase de deuda y un largo etcétera de operaciones complejas, realizadas, en ocasiones, a través de sociedades radicadas en el exterior y que responden a nombres al menos igual de complejos -Kokmeeuw Onroerend Goed BV; Koolmes Onroerend Goed-.
Ahora, la magia se ha roto. KIO, la gran oficina que controla el 10% de los ingresos procedentes del petróleo kuwaití desde 1967, está envuelta en la polémica. En los consejos de numerosas y prestigiosas empresas europeas y americanas; en los despachos de la banca internacional, se sigue con gran interés la estrategia de KIO en España.
Kuwait Investment Office (KIO), en el plano internacional, tiene o ha tenido presencia de accionista importante en empresas de la talla de General Motors, Du Pont de Nemours, American Express, IBM, Burroughs, Honeywell, Carterpillar, Hoechst, Daimler Benz, Banco de Inglaterra, Royal Bank of Scotland, BP.... Grande y audaz. En España, también volátil.
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