Como en la prensa
se ha mencionado, todos sabemos que el crimen perpetrado en Aravaca a una mujer trabajadora dominicana es la culminación de un proceso de hostigamiento y amenaza contra esa comunidad por parte de intereses creados, ante la complicidad de una parte de la vecindad de dicha localidad y la pasividad y, a veces, agresividad policial.Que parte del pueblo español sea, racista es, desgraciadamente, el signo de los tiempos. Pero que un Estado que se autodenomina socialista consienta una ley de extranjería más restrictiva que la norteamericana, que se tarde, en algunos casos, más de seis meses en renovar un permiso de residencia, que los demandantes de asilo político sufran colas interminables para renovar su solicitud, eso no es admisible y fácilmente evitable.
También es lamentable la pasividad de los colegios de abogados, el Defensor del Pueblo, la Iglesia (a excepción de algunas órdenes de religiosas) y las fuerzas políticas en general (la actitud del PP ya es vergonzosa), que sólo protestan cuando ya tienen el muerto encima.
¡Ya lo pagaremos!-
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