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Miguel Solans deja el Plan Nacional contra la Droga para ser delegado del Gobierno en Madrid

Las dos especialidades de Miguel Solans son el orden público y la lucha antidroga. Su nuevo cargo de delegado del Gobierno en Madrid -aprobado ayer por el Consejo de Ministros- le va a dar la oportunidad de fundir ambas. Solans Soteras, que el próximo viernes cumple 48 años, ha sido gobernador civil en Gerona y, desde 1985, delegado del Gobierno en el Plan Nacional contra la Droga. El Partido Popular municipal y regional aplaudió ayer un nombramiento que se ha producido en momentos de especial crispación para con la institución que va a dirigir.

Miguel Solans no aparecía en ninguna de las quinielas que se barajaban en medios políticos para sustituir a Segismundo Crespo, destituido el pasado martes de sus cargos de delegado del Gobierno y gobernador civil de Madrid. El ministro del Interior, según fuentes políticas, no presentó al Consejo el nombre de Solans únicamente, sino que llevó varios candidatos.Cuando a media mañana de ayer se dio la noticia del nombramiento, Miguel Solans desempeñaba, como cualquier otro día, su trabajo al frente del Plan contra la Droga. Antes de ir a su despacho, situado en el Ministerio de Sanidad, acudió a una reunión en el Ministerio del Interior, departamento al que estará adscrito a partir de ahora. El nuevo delegado del Gobierno rehusó hacer ayer ninguna declaración a la prensa. Ni siquiera se dejó fotografiar. "Hablará después de su toma de posesión", anunció su secretaria. El acto se celebrará previsiblemente el lunes.

Su primer cargo público lo obtuvo Miguel Solans a los 37 años de edad, inmediatamente después de acceder los socialistas al poder. En 1982 fue nombrado gobernador civil de Gerona. Tres años más tarde era designado delegado del Gobierno en el Plan Nacional contra la Droga, dependiente de Sanidad. Su nombramiento coincidió con la petición de relevo realizada por el fiscal especial antidroga, José Jiménez Villarejo, por discrepancias con las fuerzas de seguridad.

Desde entonces, Miguel Solans no ha cambiado de actividad. Ha permanecido dirigiendo el Plan contra la Droga y su gestión ha consistido fundamentalmente en coordinar tareas repartidas entonces en 11 ministerios diferentes.

Su idea de lucha contra la droga no pasa por la represión. Al menos eso ha expresado públicamente en ocasiones, al analizar los sistemas utilizados en diversos países. En una entrevista publicada por este periódico hace dos años criticaba el sistema norteamericano de sufragar principalmente los gastos de represión en detrimento de la prevención.

Miguel Solans Soteras es aragonés, nacido en Zaragoza el 4 de diciembre de 1944, está casado y tiene tres hijos. Es licenciado en Derecho y profesor de Derecho Fiscal. Ejerció la abogacía en Barcelona, donde se especializó en temas fiscales y mercantiles. Ingresó en Convergència Socialista en 1975 y fue miembro de la ejecutiva barcelonesa del PSC. Antes de ser nombrado gobernador civil fue miembro del consejo asesor de RTVE en Cataluña.

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Crispación local

La tarea que más trascendió durante sus tres años de gobernador civil en Gerona fue su lucha contra la delincuencia y el control de extranjeros residentes en la Costa Brava.Su traslado a Madrid le supuso una pérdida de "calidad de vida", según propias palabras, ya que disfrutaba de una casa en la Costa Brava a la que se escapaba siempre que podía.

El cambio de despacho no le augura, de momento, ventajas en este sentido. Solans llega a la Delegación del Gobierno en un momento especialmente crispado. A la constante fricción existente entre dos administraciones de diverso signo político -Ayuntamiento y Comunidad- se suman las polémicas actuaciones realizadas por la Delegación del Gobierno en los últimos días.

La Guardia Civil detuvo hace dos semanas en Soto del Real a varios alcaldes y policías locales en las obras de construcción de la cárcel, lo que motivó la petición del PP de que fuera destituido el delegado, Segismundo Crespo. Hace cuatro días, el secretario general, Rafael Salaberri, delegado en funciones, ha sido criticado por la actuación de la policía en la empresa Plata Meneses, donde fueron agredidos tres díputados de IU. En esta ocasión se ha pedido también la cabeza del ministro del Interior, José Luis Corcuera.

Miguel Solans recibe, además, por herencia, un rosario de proyectos sociales prometidos por Crespo que aún están pendientes de solución, como los avales para los inmigrantes magrebíes de Peñagrande, el traslado de las familias gitanas del poblado de Los Focos o la colaboración en el realojamiento de los inmigrantes dominicanos.

Miguel Solans tiene, al menos, un buen punto de partida: todas las fuerzas políticas, incluida la oposición, recibieron ayer su nombramiento con optimismo. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, expresó su deseo de buen entendimiento con el recién nombrado delegado, al que dijo conocer como "una persona competente y con criterio como para poder tener éxito en la misión que le corresponde". Tanto el alcalde como su concejal de Seguridad y Policía Municipal, Carlos López Collado, resaltaron de Solans su conocimiento del problema de la droga.

"Miguel Solans es tina persona cargada de sentido común y de responsabilidad", dijo Alberto Ruiz Gallardón, portavoz del Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Y añadió: "Ha realizado una gran labor como delegado del Gobierno en el Plan Nacional contra la Droga, lo cual es una garantía de lo que pueda ser su gestión al frente de la Delegación del Gobierno en Madrid, región que atraviesa una difícil situación en materia de seguridad ciudadana".

"Es un hombre muy valioso y una gran persona", dijo Joaquín, Leguina, presidente del Gobierno regional. "Me parece muy bien su nombramiento, pero no sé si felicitarle, porque es un cargo difícil".

Sólo Isabel Vilallonga, portavoz de IU, y Juan Barranco, del PSOE municipal, mostraron alguna discrepancia. Vilallonga, escéptica por ser un nombramiento de Interior, añadió: "A ver si de una vez se consigue que sea el delegado del Gobierno, y no sólo de Interior, que coordine las actuaciones de la Administración central y que sea interlocutor válido con ella". Barranco, que destacó su labor en el Plan contra la Droga, dijo que le habría gustado que el nuevo delegado fuera madrileño.

A un delegado del Gobierno le corresponde el papel de coordinador entre la Administración central y la autonómica. Es, además, gobernador civil, al ser Madrid una comunidad uniprovincial. Por tanto, es el jefe de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

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