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El alcalde de Coslada quiere que Borrell mueva un barrio para salvarlo del ruido de los aviones

Juan Carlos Sanz

Los 3.000 vecinos del barrio de La Estación, de Coslada, conocen de oídas la trayectoria de los reactores. Situado a tres kilómetros de la cabecera de las pistas, es una de la áreas residenciales más castigadas por la contaminación acústica. El alcalde de Coslada desde 1979, José Huélano, de IU, asegura que sus 75.000 convecinos sufren un nivel de ruido superior a los 55 decibelios tolerables para el oído humano. Por eso pretende que el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, costee el traslado de todo el barrio con cargo a los fondos de la ampliación del aeropuerto.

"En una operación de medio billón de pesetas seguro que se encuentran los 10.000 millones que hacen falta para devolver la calidad de vida a la gente de La Estación", argumenta Huélamo. Acaba de regresar de un viaje a Bruselas y Estrasburgo, donde ha hecho llegar a los responsables de la CE su temor ante la ampliación de Barajas. La construcción de otra pista más 'y de un nuevo edificio de terminales servirá para duplicar la capacidad del aeropuerto antes de 10 años: de las 50 operaciones (despegues o aterrizajes) por hora actuales se quiere llegar a 100."La normativa de la CE sobre protección ambiental en el .entorno de los aeropuertos no estará lista hasta dentro de un año", explica el alcalde, quien espera que el Parlamento Europeo aborde el problema del ruido en Coslada y en otros municipios y distritos que suman medio millón de habitantes.

"Hace un par de años, las turbulencias producidas por los motores de un avión levantaron el tejado de un casa en el barrio de La Estación", relata Huélamo. Un millar de familias tienen allí su hogar, bajo la trayectoria de los aviones. También hay centros de salud, enseñanza o de atención a los ancianos. "El nivel de ruido ya es insoportable, cuando se cumplan las previsiones del ministerio no habrá solución", advierte. En su opinión, cuando se construye una presa o se instala una central nuclear, los habitantes son trasladados e indemnizados. %Por qué no las personas que van a estar sometidas a un nivel de ruido perjudicial para la salud?

Evaluación ambiental

Precisamente, en el acuerdo marco de concertación territorial que suscribieron el pasado día 10 el ministro Borrell, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, se prevé que la ampliación de Barajas será sometida a la evaluación de su impacto ambiental, que deberá incluir la "recomendación de medidas correctoras". La prevención' del impacto en el medio, junto con la mejora de los sistemas de acceso al aeropuerto, se reconocen como "condicionantes básicos" del proyecto, según Transportes.Las propuestas presentadas por el alcalde de Coslada en Bruselas plantean la prohibición de construcciones en lasinmediaciones de los aeropuertos y la supresión de vuelos nocturnos de los apratos más viejos y ruidosos. Pero también que la CE dicte medidas de desgravación fiscal y financiación preferente para las compañías que adquieran aeronaves que produzcan menos contaminación acústica. Esta misma política se pide también para los; gastos de protección contra el. ruido en viviendas, escuelas

hospitales

El continuo zumbido de los, reactores de los grandes aviones comerciales-en Barajas.afectará a entre 30.000 y 100.000 personas que hoy no padecen los ruidos, según un informe de la empresa Promadrid, dentro del Plan Estratégico del Ayuntamiento de Madrid, cuyas ordenanzas fijan el límite de ruidos permitido en 55 decibelios'

El informe de impacto sónico en Barajas elaborado por la arquitecto Emilia Varela señala que al sur de la cabecera de la pista de aterrizaje (Ciudad Pegaso y Colonia Fin de Semana, en el distrito de San Blas, y Coslada y San Fernando deHenares), el nivel medio se sitúa por encima de los 60 decibelios. El principal efecto del ruido en el ser humano es la pérdida de audición por encima de los 85 decibelios. Entre 35 y 60 decibelios se producen alteraciones del sueño.

La Unión Europea contra los Perjuicios de los Aviones, con sede en Ginebra (Suiza), denunció el pasado mes de octubre, tras el accidente de un avión israelí en Arristerdam, el riesgo de catástrofes en los aeropuertos situados cerca de núcleos poblados.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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