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Honecker será juzgado "hasta la muerte por la inflexibilidad alemana", dice su abogado

"Un hombre está en peligro de ser juzgado hasta la muerte a causa de la típica dureza e inflexibilidad alemanas", dijo ayer ante el tribunal de Berlín que juzga a Erich Honecker su abogado, Nicolas Becker. La tercera sesión del proceso contra el máximo líder de la desaparecida Alemania comunista y tres de sus colaboradores -los otros dos inculpados han sido exonerados por razones de salud- pudo finalmente consumir las tres horas previstas, aunque se perdieron en procedimientos legales que impidieron de nuevo que Honecker, que padece un cáncer de hígado terminal, pudiera declarar.

Honecker, de 80 años, y sus colaboradores -el ex primer ministro Willy Stoph, de 78 años; el que fuera ministro de la Seguridad del Estado Erich Mielke, de 84 años; el miembro del buró político del partido comunista Hans Albrecht, de 73 años; el ministro de Defensa Heinz Kessler, de 72 años y su viceministro Fritz Streletz, de 66 años- están acusados de haber dado la orden de disparar contra quienes intentaban cruzar la frontera que separaba a las dos Alemanias. Más de 350 personas murieron en el intento, de las que 200 fallecieron en el muro que separaba las dos partes de Berlín. Por razones de salud, Stoph y Mielke han sido excluidos de este proceso.Antes de iniciarse la sesión de ayer, un tribunal de apelación había desestimado el recurso de los abogados defensores contra la composición del tribunal y, más concretamente, contra el juez Hansgeorg Bräutigam, con el argumento de que, por su ideología, estaban predispuestos contra los acusados. Bräutigam es conocido por sus posturas ultraconservadoras, claramente explicadas durante el largo tiempo en el que publicaba una columna de opinión en el diario Berfiner Morgenpost. Según el tribunal de apelación, "no hay ninguna razón para dudar de la imparcialidad y objetividad de este tribunal".

"Atormentar al acusado"

Al contrario que el lunes, cuando la sesión debió interrumpirse antes de las dos horas debido a la fatiga mostrada por el principal inculpado, Honecker aguantó ayer las tres horas completas. "Un juicio que todo el mundo sabe que no va a poder ser completado, no debería haber comenzado", dijo su abogado. "La única razón para seguir con él es la de atormentar al acusado". Para Becker, Honeeker, a quien los médicos han diagnosticado pocos meses de vida, puede parecer que está alerta y animado, pero, dijo, "antes de un mes, empezará a sufrir los tremendos dolores causados por su enfermedad y no podrá seguir asistiendo al juicio". Becker añadió que a Honecker "se le está denegando la única terapia posible de sus días postreros, el cuidado y la atención de sus familiares y amigos", añadió Becker.

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La prensa alemana se hacía ayer eco de unas declaraciones de Margot Honecker, la esposa del -principal inculpado, que reside en Chile, donde vive su hija Sonja, en las que acusa a la justicia alemana de "violar brutalmente los principios humanitarios más elementales".

Para Margot Honecker, que fue ministra de Educación de la Alemania comunista, "los jueces cuentan con la solución biológica y esperan que la naturaleza ejecute la sentencia de muerte".

Un doble bajito

Para añadirle un elemento de misterio al juicio, el abogado berlinés Hanns-Ekkehard Plöger, quien es asesor de la madre de una de las víctimas del muro, y forma parte de la acusación particular" asegura que el Honecker que se sienta en la sala 700 del Tribunal de la Prisión de Moabit no es el auténtico, sino un doble, y ha pedido que se verifiquen sus huellas digitales, lo que ha desestimado el tribunal.

Este famoso abogado de 54 años, especialista en causas célebres, ha explicado al diario sensacionalista Bild que Honecker nunca se defendería alegando enfermedades, sino que defendería la orden de tirar a matar contra quienes huían de la Alemania comunista y cree que durante los meses que pasó refugiado en la embajada de Chile en Moscú tuvo tiempo de sobra para cambiarse por un doble.

Según Plöger, que ha mandado un escrito al juez Bräutigam explicando sus sospechas, el hombre que se sienta en el banquillo "es más bajito que Honecker y su mímica es diferente".

Wolfgang Ziegler, uno de los abogados del ex dirigente comunista, ha calificado las sospechas de "absurdas".

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