El policía asesino

Discípulo del productor y realizador Roger Coorma, el ex niño prodigio Jonathan Kaplan nunca se situó entre sus alumnos más aventajados. Aunque indudablemente lo suyo son las producciones de serie B, bajos presupuestos, actores poco conocidos y rodajes rápidos. En los 20 años que han transcurrido desde que rueda su primer largometraje para Corman, ha hecho otros 12, pero no ha mejorado mucho.El éxito del muy irregular y policiaco Acusados (1988), que hace ganar un óscar de interpretación a Jodie Foster, le lleva a producciones más caras, con actores más conocidos y rodadas en algo más de tiempo, pero los resultados que obtiene con ellas siguen siendo los mismos, y no muy buenos.

Falsa seducción, su última película, vuelve a ser un policiaco, como la mayoría de sus obras, pero con los años lo único que ha logrado ha sido tomarse cada vez más en serio que desaparezca el humor existente detrás de todas las producciones de su maestro Corman. Y, por otro lado, al seguir siendo igualmente débiles los guiones con los que trabaja, irregular su dirección de actores y efectista hasta el límite su narrativa, con un exceso de inverosímiles planos subjetivos y contrapicados, lo único que ha conseguido es que sus películas cada vez resulten más pretenciosas, inverosímiles y falsas.

La historia del matrimonio de triunfadores, al que todo le sale bien, pero un día tienen que enfrentarse a un ladrón en su casa, llaman a la policía y ven cómo poco a poco uno de los agentes que acude a socorrerles se introduce en su vida, enloquece por la mujer y llega a convertir su. existencia en una pesadilla, podía tener interés tratadas desde el punto de vista del matrimonio o del policía. Pero Falsa seducción se dedica a entremezclarlos, pasando la acción continuamente de uno a otro, con lo que sólo consigue quitarle fuerza.

Esto, unido a un guión nada riguroso, lleno de agujeros, por todos los sitios, a un terceto protagonista que se limita a dar el tipo, con Kurt Russell y Madeleine Stowe como el matrimonio Carr, y Ray Liotta como el psicópata policía asesino, y a una dirección nada eficaz, da como resultado un policiaco fallido, otro trabajo más del cada vez menos interesante Jonathan Kaplan.