La reducción de arsenales atómicos, una prioridad
Bill Clinton estableció ayer el orden de prioridades de su Gabinete en cuanto a la política de seguridad y las relaciones exteriores:- Un presupuesto de defensa de varios años para mantener la fortaleza militar rebajando, al mismo tiempo, el tamaño de las Fuerzas Armadas.
- Mantener las negociaciones con la Federación Rusa y otros poderes nucleares para reducir aún más los arsenales atómicos.
- Aplicar límites a la proliferación de todas las armas nucleares de destrucción masiva.
- Proseguir las negociaciones de paz en Oriente Próximo.
- Hacer todo lo posible para fortalecer el crecimiento mundial, lo que incluye esfuerzos especiales en las relaciones con México y con los países europeos.
- Cumplir con el papel de liderazgo de Estados Unidos para promover la democracia y la libertad en el mundo.
Clinton precisó también que estaba dispuesto a modificar la política respecto a los refugiados procedentes de Haití, que durante la Administración republicana de George Bush eran devueltos a su país por ser considerados como refugiados económicos y no políticos.
Bill Clinton, que agradeció la colaboración ofrecida por el presidente Bush para facilitar la transición, tiene previsto viajar la próxima semana a Washington, por primera vez desde su elección, el pasado 3 de noviembre. Clinton mantendrá en la capital del país contactos con miembros del Congreso y se reunirá con Bush en la Casa Blanca.
El próximo domingo se entrevistará con los principales miembros demócratas del Congreso: el presidente de la Cámara de Representantes, Tom Foley; el líder de la mayoría en el Senado, George Mitchell; y el jefe de la mayoría en la Cámara baja, Richard Gephardt.
Por otra parte, George Bush parece haber optado por mantener un papel discreto en los días que le quedan en el cargo. Durante la celebración, el miércoles, del Día de los Veteranos de Guerra, el presidente se limitó a pasar a media noche ante el monumento a Vietnam para leer en voz alta algunos de los nombres de los caídos en esa guerra, pero no participó en la ceremonia oficial.
De este modo, dejó todo el protagonismo a Clinton, que presidió las ceremonias celebradas ese día en Little Rock y que, en su primer discurso desde que ganó las elecciones del día 3, recordó su compromiso para levantar la prohibición de que los homosexuales formen parte del Ejército.
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