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La crisis del comercio mundial

La racionalidad alemana ganó ayer el pulso a la indignación francesa por el miedo a que la guerra comercial entre EE UU y la CE agrave aún más la recesión. Con esta espada de Damocles sobre las economías comunitarias y la presidencia de la Comisión Europea en entredicho -por la hipotética candidatura de Jacques Delors a la presidencia francesa-, los Doce optaron por el pragmatismo y suspendieron cualquier anuncio de respuesta a las sanciones estadounidenses. Esta decisión supone frenar en seco las llamadas contra el "agresor" estadounidense que brotaron de toda Francia. El Gobierno galo ha pospuesto un mes la petición de represalias.

La Comunidad Europea acuerda no contraatacar a Washington para facilitara la vuelta al diálogo

La Comunidad Europea no recurrirá a la técnica del "ojo por ojo" en su disputa comercial con Estados Unidos. O, al menos, eso es lo que acordaron anoche los ministros de comercio de la CE durante su primer día de reunión informal en Brocket Hall, una pequeña localidad cercana a Londres. Esta decisión contrasta radicalmente con las revanchistas afirmaciones que se habían propagado desde Francia durante el día, y resume el efecto de las presiones a favor de reanudar el diálogo que protagonizaron, principalmente, Alemania y el Reino Unido.La opinión a favor de mantener la calma, evitar respuestas precipitadas, buscar una vuelta al diálogo y, sobre todo, impedir una guerra comercial que agravaría aún más la recesión ganó ayer la partida en el complejo juego de ofrecer una opinión única de los Doce que resuma los distintos intereses de sus países miembros. Los ministros de Comercio de los Doce alcanzaron este consenso para "no descender a la adopción de contra-medidas" a última hora de la tarde en Brocket Hall, pero antes habían ocurrido muchas cosas, en Londres, Bonn y Ginebra.

En Ginebra, el director general del GATT, Arthur Dunkel, convocó una reunión urgente del consejo de este organismo para el próximo martes, con el objetivo de analizar la "grave situación que ha surgido y discutir qué actuaciones deben adoptarse para aliviar la crisis".

Paralelamente, el presidente de turno de la CE, el británico John Major, solicitaba una reunión en Londres con el presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, a quien algunos señalan como responsable de la ruptura con EE UU. La cita fue interpretada como una llamada a capítulo. Delors, nada más llegar al aeropuerto de Heathrow, aseguró que "nunca" había interferido en las negociaciones. Tras su reunión de urgencia con Major, ambos -como máximos responsables comunitarios- declararon en un comunicado conjunto que "las negociaciones comerciales deben continuar para evitar una guerra comercial".

La Comunidad, por tanto, se abstiene de momento de replicar a Estados Unidos, en contra del deseo del ministro de Agricultura francés, Jean Pierre Soisson, que horas antes de esta decisión había calentado el ambiente haciendo un llamamiento para "no arrodillarnos ante los norteamericanos".

La respuesta comunitaria será finalmente cosa de Doce, pues Francia aceptaba anoche rebajar muchos grados su cólera inicial. Su ministro de Industria, Dominique Strauss-Kahn, admite aplazar un mes -el mismo plazo dado por Estados Unidos- la propuesta de contra-represalias para facilitar la reanudación de las negociaciones. Y el propio Pierre Bérégovoy, primer ministro, ya asume que para salvar un conflicto ambas partes deben perder algo.

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