El cineasta Hal Hartley presenta una comedia que se ríe de la violencia

Hal Hartley es un cineasta neoyorquino de 33 años que se define a sí mismo como "el director más joven que hace con éxito las películas más baratas del cine independiente americano". Hartley, que tiene aspecto de universitario wasp (blanco, anglosajón y protestante), ha rodado desde 1985 cinco cortometrajes y tres largometrajes. Ayer, presentó en un pequeño cine de Madrid el segundo de ellos, Trust, de 1990, una tragicomedia llena de diálogos y de personajes que se explican a sí mismos. "Tengo influencia de Jean Luc Godard", afirmó el joven director.En Trust -que próximamente se estrenará en Madrid- hay violaciones, abortos y padres violentos pero todo resulta cómico en medio de una historia de chico malo encuentra chica buena que lo redime. "No puedo evitarlo", dice Hartley, "al observar al ser humano y sus tragedias diarias lo único que me sale es risa. Decidirse entre la risa o el llanto es sólo una elección; yo escojo la risa porque siempre hay algo más positivo".

"Quizá la principal característica de mi forma de trabajo", añade, "es que ensayo muchísimo los diálogos con los actores antes de filmar, de tal forma que quede lo más natural posible y que el actor desdramatice su actuación".