Uno de cada cinco votantes apoyó a Perot
Ross Perot recibió el martes el mayor apoyo popular registrado por un candidato independiente en los últimos 50 años y se alzó con el 19% de los votos, un resultado que ha desbordado todas las previsiones de analistas y encuestadores. El millonario tejano, que financió con su fortuna personal una costosa campaña de televisión que sorprendió a la clase política, prometió el martes a sus seguidores que no les abandonará: "Estaré a vuestra disposición en cualquier momento, en cualquier lugar, mientras viva". El movimiento político generado por Perot, nacionalista y crítico con los dos partidos tradicionales, ha conseguido implantarse con fuerza en todo el país y supone una seria amenaza a la tradicional hegemonía política de demócratas y republicanos."No perdáis vuestro entusiasmo, vuestro idealismo, vuestro amor por este país, y no os sintáis otra vez sin poder. Mientras nos mantengamos unidos, seréis una voz importante en este país", afirmó Perot ante sus seguidores, que acogieron los resultados como una victoria. Los analista y los encuestadores consideraban que la tendencia al voto útil reduciría a un 8% o un 10% el resultado final de Perot, que tuvo que soportar, en las dos últimas semanas de la campaña, duras críticas de la prensa, a la que se enfrentó abiertamente durante la campaña.
El candidato demócrata, Bill Clinton, reconoció la importancia del movimiento generado por Perot en su primer discurso como presidente electo de Estados Unidos y prometió hacer suyas dos de las banderas levantadas por el millonario tejano: la lucha contra los intereses especiales y la reducción de la deuda pública. Perot ha recogido millones de votos contra el Gobierno que podían haber ido al Partido Demócrata, pero también ha contribuido a la victoria de Clinton con una campaña muy didáctica sobre la situación de la economía que ha puesto en contra de Bush a amplios sectores conservadores.
El multimillonario entró inesperadamente en la carrera hacia la Casa Blanca el pasado mes de febrero con un discurso nacionalista y populista. Perot, que acumulé su fortuna en la industria electrónica, gastó millones de dólares en los primeros meses para conseguir inscribirse como candidato en los 50 Estados de la Unión, un procedimiento caro y complejo, ya que hay que cumplir muchos y diferentes requisitos en cada Estado. Los sondeos de opinión descubrieron inmediatamente el fenómeno Perot y llegaron a situarlo, al comienzo del verano, en primer lugar en las preferencias de los electores.
Su inesperada retirada en julio desconcertó a sus seguidores y paralizó un movimiento que estaba ganando impulso. Su regreso el 1 de octubre tuvo algo de golpe de efecto. Una planificada y costosa campana de televisión -con una inversión de un millón de dólares diarios hasta el día de la votación-, añadida a su brillante papel en los debates presidenciales, le aupó hasta el 20% en los sondeos. Los resultados finales no han hecho sino confirmar un peso político que le ha sido negado por muchos sectores influyentes que lo presentaron como un loco megalómano y paranoico.
El futuro de Perot, de 62 años, es hoy por hoy una incógnita, aunque el millonario ha dejado entrever su intención de estar presente en las elecciones de 1994, en las que se renueva un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes. De su capacidad para, financiar y mantener unido un movimiento heterogéneo y circunstancial dependerá si nace en EE UU un tercer partido político, con consecuencias imprevisibles para el tradicional equilibrio de fuerzas de la política norteamericana.
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