Irak celebra como un triunfo propio la derrota de Bush
La derrota de George Bush fue recibida en Irak como una victoria propia y en Irán coincidió con la detención de un norteamericano acusado de espía. Fuera de esos dos países, las primeras reacciones en Oriente Próximo a la elección de Bill Clinton oscilaron entre la satisfacción en Israel y la prudencia mezclada con desconfianza del lado árabe, cuyos Gobiernos se preguntan si el presidente demócrata será capaz de presionar a Israel como lo hizo Bush.
Los medios de comunicación iraquíes celebraron por todo lo alto el fracaso del presidente que lanzó la guerra del Golfo, a quien el diario gubernamental Al Jumhouriyah calificaba de asesino de niños y carnicero del siglo XX". La radio, que también le llamó criminal, emitió música ligera y canciones épicas en loor del presidente Sadam Husein.Las autoridades de Bagdad no parecen sin embargo fiarse mucho más de Bill Clinton pues, según el mismo periódico, "se trata de un camaleón que cambia de color todos los días". Unos dos mil estudiantes se congregaron en las calles de Bagdad para manifestar y celebrar la caída del "criminal Bush".También miles de estudiantes iraníes recibieron en Teherán con gritos de "¡Muera Esta dos Unidos!" la noticia del triunfo de Clinton. "Ya sabéis que Bush ha perdido y que Clinton ha ganado", dijo a los reunidos uno de los convocantes. "Lo que tenemos que decir a la nueva Administración es "¡Muera Estados Unidos!", invitación que fue coreada a pleno pulmón. Los manifestantes se habían reunido para conmemorar el aniversario de la ocupación de la embajada norteamericana en 1979 y la subsiguiente toma de rehenes, que se resolvió tras 444 días, en 1981, la víspera de que Jimmy Carter entregara el relevo de la Casa Blanca a Ronald Reagan.La agencia iraní IRNA anunció ayer mismo que un norteamericano residente en Irán, Milton Mayar, había sido detenido por "espionaje" y se encontraba encarcelado. Como prueba de la vitalidad del rencor existente, el presidente del Parlamento de Teherán, el ayatollah Alí Akbar Nategh-Nouri, denunció a Estados Unidos por haber mandado en las aguas del Golfo un submarino nuclear, que atravesó en la noche del lunes el estrecho de Ormuz.
El primer ministro israelí, Isaac Rabin, envió dos telegramas a Estados Unidos: uno de agradecimiento al presidente saliente y otro de felicitación al futuro mandatario. En el dirigido a Clinton, el jefe del Gobierno afirma estar convencido de que "la relación especial entre el pueblo norteamericano y el pueblo de Israel seguirá siendo fuerte y ofrecerá nuevas oportunidades para encontrar la paz".La impresión general en Israel es de satisfacción por la elección de Clinton, según informa desde Tel Aviv Victor Cygielman. Por una parte, porque los presidentes demócratas han sido en general más cercanos al Estado hebreo. Y por otra, porque Clinton recibió masivamente los votos del electorado judío y no puede olvidarse de este apoyo.Cautela palestina
Las primeras reacciones de los palestinos están marcadas por la prudencia. A lo largo de la campaña electoral norteamericana, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) había expresado en diversos comentarios el temor a que un éxito de Clinton se tradujera por una orientación más proisraelí de la diplomacia norteamericana. Pero el pragmatismo ha llevado a la OLP a adoptar una actitud más confiada frente al cambio en la Casa Blanca. "Esperamos que no haya cambios sustanciales en la política de Estados Unidos en el proceso de paz", señalaron ayer fuentes palestinas en Túnez. Se esperaba una reunión del comité ejecutivo de la organización ayer en la capital tunecina para definir una posición más concreta al respecto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.