El GATT rechaza de plano la posición de represalias

El consejo del GATT denegó rotundamente anoche en Ginebra el aval solicitado por Estados Unidos para adoptar sanciones económicas contra la Comunidad Europea. Con las sanciones, EE UU pretende represaliar tanto la negativa de la CE a reducir la producción de oleaginosas como a rebajar las subvenciones agrícolas. El veto de Bruselas, que se opuso abiertamente, ha conseguido que la autorización para que Washington pudiera justificar las sanciones dentro de las normas comerciales del GATT fracasara estrepitosamente.El embajador de los Estados Unidos, Rufus Yerka, indicó antes de presentar la solicitud de sanciones. económicas que las medidas de retorsión norteamericanas no entrarían en vigor hasta dentro de 30 días, para dar margen a una posible solución negociada en el contencioso agrícola que enfrenta a Washington y Bruselas. Esa solución debería alcanzarse en el marco de las negociaciones bilaterales o en el seno del GATT, aunque, tras el rechazo de anoche, existe el temor de que las medidas de represalia estadounidenses se apliquen de forma unilateral. Esto último es contrario a las normas comerciales vigentes y provocaría contramedidas comunitarias.

Las sanciones previstas por EE UU ascienden a 1.000 millones de dólares, y afectarían en un primer episodio a las exportaciones comunitarias de productos por un valor de 300 millones de dólares, que conllevarían inevitablemente a una guerra comercial, ya que la Comunidad tiene intención de replicar con contramedidas, según anunció ayer el embajador de la CE en Ginebra, Trán Van Thinh.Presión internacionalEl GATT había recibido ayer mismo, nada más romperse las negociaciones de Chicago, la petición estadounidense para aplicar sanciones económicas contra la Comunidad Europea. Y respondió con la misma rapidez. No obstante, aunque el Consejo rechazó la petición estadounidense, no cabe duda de que Washington ha pretendido ejercer así el peso de su influencia internacional.

Las delegaciones presentes en la reunión del consejo del GATT mostraron su preocupación por el tema, y una treintena de países encabezados por Australia y el grupo de Cairns (que forman los exportadores de productos agrícolas de países en desarrollo) solicitaron por escrito que se agilice un acuerdo político entre Estados Unidos y la CE.