La defensa de la tierra centra el documento final de los obispos latinoamericanos
La IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano ha incorporado un nuevo desafío a la opción por los pobres planteada en la conferencias de Medellín (1968) y Puebla (1979): la prioridad por la ecología. Los atentados contra la naturaleza afectan sobre todo a los más desfavorecidos, a los "miserables" como han sido calificados en este encuentro, que concluyó ayer en Santo Domingo. El documento final hace una enérgica defensa de la propiedad de la tierra, así como de los límites ecológicos de su explotación, y critica muy duramente las políticas económicas neoliberales aplicadas en América Latina.
La propiedad de la tierra y el medio ambiente son los bienes más preciados para los más desfavorecidos, recuerda el documento. La tierra, indica, es para la comunidad indígena vida y lugar, sagrado, "centro integrador de la vida en comunidad".Los prelados critican en su documento la visión mercantilista del planeta, "que lleva a la especulación del suelo urbano haciendo inaccesible la tierra para la vivienda de los pobres, cada vez más numerosos en nuestras grandes ciudades".
El documento final de Santo Domingo propone por ello "un cambio de mentalidad" para conseguir "una justa y humana política agraria, que legisle, programe y acompañe una utilización más justa de la tierra". En esta tarea los obispos están dispuestos a apoyar a cuantos campesinos e indígenas luchen "porcauces justos. y legítimos por conservar o readquirir sus tierras" y a promover los.progresos técn Icos " 1 nd 1 spensables para que la explotación de la tierra satisfaga al mercado pero sin vulnerar los "límites ecológicos". "Las propuestas de desarrollo", dicen, "tienen que estar subordinadas a criterios ecológicos". La ética ecológica, a su juicio, "implica el abandono de una moral utilitarista e individualista".
Mensaje antiliberal
La problemática de la tierra, "no resuelta en cinco siglos de presencia del Evangelio", se haagravado desde la conferencia de Puebla. La expansión del comercio agrícola internacional, el mayor uso de la tecnología y la presencia transnacional ha favorecido "no pocas veces" a los sectores económicos fuertes en detrimento de las pequeñas y medianas empresas. Los obispos entienden que la política económica de corte neoliberal que "predomina" en América Latina actúa como un mecanismo perverso que acentúa el abismo que separa a ricos y pobres, atentando incluso contra las clases medias, que tienden a desaparecer."Al desregularizarse indiscriminadamente el mercado, eliminarse partes importantes de la legislación laboral y despedirse a trabajadores, al reducirse los gasto sociales que protegían a las familias de trabajadores se han ahondado aún más las distancias de la sociedad", dice el documento.
Por ello cuestionan la licitud de la libre actividad de los individuos en los mercados y defienden una "economía solidaria, real y eficiente", en la que el Estado debería ejercer "una función moderadora".
El documento de Santo Domingo cuestiona asimismo la moralidad de hacer frente al pago de la deuda externa latino americana, que alcanzaba los 430.000 millones de dólares a fi nales de 1991. "Nos pregunta mos por su validez cuando por su pago peligra seriamente la su pervivencia de los pueblos, cuan do la misma población no ha sido consultada antes de con traer la deuda, y cuando ésta ha sido usada para fines no siempre lícitos", se dice en el texto.
Para hacer frente a toda esta problemática específica de América Latina, cuyas recientes democracias tiene un carácter más "formal que real", según el documento, se postula la necesidad de caminar hacia la construcción de la integración americana, el ideal de Simón Bolívar replanteado por el Papa Juan Pablo Il durante la inauguración de la conferencia de Santo Domingo el pasado 12 de octubre. "La experiencia nos ha mostrado que una nación no puede vivir y desarrollarse con solidez de manera aislada", dicen los obispos.
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