EL PAÍS y mi mujer

Acabo de llevarme un susto al darme cuenta de que mi relación con EL PAÍS tiene una gran similitud con mi relación con mi mujer: pasan los años y le sigo siendo fiel, porque en el fondo me encanta, a pesar de que casi aa diario consigue irritarme con ciertos detalles. No sería de buen gusto revelar aquí los detalles referentes a mi mujer, pero puedo dar un ejemplo respecto a su periódico. El sábado 5 de septiembre traía la noticia de que el primer motorista muerto en Madrid tras la entrada en vigor del uso obligatorio del casco había sido atropellado por un camión de reparto de 2.000 toneladas. Al día siguiente, probablemente impresionado por el enorme tamaño de este camión, se volvía a citar las 2.000 toneladas del vehículo que había arrollado al infortunado motorista. El lunes 21 de septiembre se relataba en la última página de EL PAÍS la dantesca colisión en aguas indonesias entre un petrolero japonés de 96 toneladas y un carguero de Hong Kong de 27 toneladas.Resulta evidente que EL PAÍS tiene un problema que viene de antiguo: la aparición o desaparición de ceros sin ningún pudor, aunque la barbaridad caiga de ojo.

Les ruego, por favor, que cuiden más los detalles. Pero mucho me temo que EL PAÍS también se parezca en esto a mi mujer: no me hará ningún caso y seguirá irritándome todos los días con el mismo asunto. Y yo le seguiré siendo fiel.-