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Los Nobel de Física y Química, para un científico experimental francés y un teórico norteamericano

Un físico experimental que puso a punto la tecnología necesaria para realizar descubrimientos fundamentales en física de partículas y un químico teórico estudioso de los fenómenos elementales en las reacciones químicas obtuvieron ayer, respectivamente, los Premios Nobel de Física y de Química, dotados cada uno con 120 millones de pesetas. El francés Georges Charpak, de origen polaco y 68 años de edad, y el estadounidense Rudolph A. Marcus, nacido en Canadá hace 69 años, fueron los premiados, por descubrimientos realizados en la década de los sesenta que han demostrado ser muy importantes.

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"¡Bien! Ya me puedo comprar un par de zapatos esta tarde", fue la reacción inicial de Georges Charpak, de 68 años, cuando ayer le comunicaron por teléfono unos periodistas suecos la noticia de la concesión del Nobel, dotado con 120 millones de pesetas.Charpak nació en Polonia y es ciudadano francés. Trabaja desde 1959 en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) en Ginebra, cuyos científicos han obtenido numerosos Premios Nobel, y es profesor asimismo en la Escuela Superior de Física y Química de París. El galardonado es también miembro de la Academia de Ciencias de Francia. Es el segundo año consecutivo en que el Premio Nobel de Física se otorga a un francés.

Según Charpak, el premio que le ha sido otorgado le saca de la marginación y además premia trabajos con una aplicación práctica. "Ahora me será más fácil encontrar medios para trabajar en campos más exóticos". Los detectores de Charpak tienen un gran potencial en el campo de la medicina, según la Academia sueca.

El físico español Cayetano López señaló ayer que se ha reconocido una trayectoria muy larga de física experimental pura. "Es. muy de apreciar el que en esta época de su vida Charpak esté intentando a toda costa aplicar alguna de las técnicas que él ha contribuido a poner a punto al campo de la medicina y la biología. Le he visto muy ilusionado en los últimos años con esta posibilidad", añadió.

Su amigo y compañero en el CERN Álvaro de Rújula comentó ayer: "Ya era hora de que le dieran el Premio Nobel. Su trabajo está en la base de todos los detectores modernos de física de partículas y otras muchas personas han logrado el mismo premio gracias a sus cámaras de detectores".Aunque ya está jubilado en el CERN, continúa en los laboratorios. "Georges sigue trabajando como si tuviera 25 años", comenta De Rújula. "Me le encontré el otro día, por la mañana, cuando salía de un turno de noche de trabajo con uno de sus nuevos detectores, en el CERN. Salía hecho un zombie de puro agotamiento pero sigue trabajando, y haciendo patentes, y teniendo ideas a una velocidad infinita".

El nuevo premio Nobel de Química, Rudolph A. Marcus, nació en Canadá en 1923. En 1951 empezó a trabajar en Estados Unidos y desde 1978 ocupa la cátedra de química Arthur Amos Noyes en el Instituto de Tecnología de California. De 1956 a 1965 Marcus puso a punto un modelo teórico para el proceso químico más elemental: la transferencia de un electrón entre dos moléculas.

En está reacción las modificaciones se producen en la estructura de las moléculas. Esta modificación permite a los electrones saltar entre ellas. El investigador premiado encontró expresiones matemáticas simples para describir cómo estas modificaciones influyen sobre la energía del sistema molecular. Así pudo calcular y explicar las distintas velocidades registradas por las reacciones de transferencia de electrones.

Marcus ha recibido numerosos galardones, a lo largo de su vida: el más importante, el Premio Wolf, en 1984.

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