El robo de tablas de Cranach revela la falta de seguridad en los museos de la antigua RDA
Las ocho obras desaparecidas del viejo palacio de Weimar no estaban aseguradas
Cinco tablas del pintor alemán Lucas Cranach, El Viejo (1472-1553) -entre las que se encuentra un famoso retrato de Martín Lutero-, y otras tres más realizadas en su taller fueron robadas la madrugada del lunes del viejo palacio de la ciudad de Weimar, en la antigua Alemania comunista. Según el alcalde de la ciudad, Maus Büttner, que ha ofrecido 100.000 marcos (siete millones de pesetas) por cualquier información que lleve a los ladrones, las piezas no estaban aseguradas y el valor total de lo sustraído alcanza los 63 millones de marcos (4.410 millones de pesetas).
Se trata del mayor robo de arte de la posguerra en Alemania y pone en evidencia el problema de la falta de seguridad en los museos de la ex RDA. Los ladrones, sin embargo, sabían lo que se hacían. Tres días antes, para poder trabajar a oscuras y sin ser molestados, desconectaron la iluminación exterior del palacio, justo donde se encontraba la ventana por la que se metieron dentro. Actuaron con rapidez, realizando toda la operación en menos de seis minutos, pero además su huida fue facilitada por la desastrosa actuación de los servicios de seguridad.A las 4.03 sonó la primera alarma en la central de la policía de Weimar. Inmediatamente, el agente que estaba de guardia llamó a los vigilantes del palacio. Éstos, sin embargo, no se habían enterado de nada. A las 4.15, otro agente que patrulla por el exterior llama de nuevo para avisar que hay una ventana rota. Cuando finalmente llegaron a la sala de los Cranach las ocho tablas ya habían desaparecido. Los ladrones se habían limitado a serrar los barrotes de una ventana para introducirse en el schloss.
Entre las tablas desaparecidas figura el más famoso retrato de Martín Lutero y el de su mujer, Katharina von Bora, así como otro del padre de la reforma protestante disfrazado de Junker Jörg, de la época en la que éste se escondió en el castillo de Eisenach. Los ladrones se llevaron, asimismo, el retrato de la princesa Sybille de Cleve. Se trata de cuadros pintados en tablas de haya de una anchura de 4 a 9 centímetros. El valor de cada una de estas piezas es de 90 millones de pesetas. Según el fiscal general de Turingia, Otto Kretschmer, de la investigación efectuada en el lugar de los hechos se desprende que los ladrones eran probablemente profesionales muy cualificados que actuaban por órdenes de un coleccionista.
Lucas Cranach, El Viejo, que fue pintor de la corte de Sajonia, murió a los 81 años en la propia Weimar. La galería del palacio poseía un total de 20 piezas suyas, además de dos retratos de Tucher, de Albert Durero, y una importante colección de obras del gótico, del renacimiento, de la época romántica y de la llamada Escuela de Weimar, mayormente paisajistas. En los 40 años del régimen comunista fueron robados en la RDA un total de 10 cuadros, entre los que destaca un famoso Tintoretto, y nunca han sido recuperados.
Babelia
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