Fracasa el nuevo intento de desbloquear el GATT sin que se vislumbre una salida

Las negociaciones bilaterales entre la Comunidad Europea y Estados Unidos para intentar desbloquear la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) quedaron interrumpidas ayer por la noche tras dos jornadas de intensas reuniones en Bruselas, entre los secretarios de Estado de Comercio y Agricultura norteamericanos, Carla Hills y Edward Madigan, respectivamente, y sus correspondientes de la Comisión Europea, Frans Andriessen y Ray McSharry. Este nuevo fracaso en el último intento de desbloquear el GATT se produce en la recta final de la campaña electoral en EE UU y supone un revés adicional al presidente George Bush, que había impulsado esta nueva toma de contacto.

A pesar de la ruptura, los portavoces de ambas partes no tuvieron reparo en afirmar que "se han conseguido buenos progresos en la negociación" y que "se han acercado las posiciones de ambas partes". El hecho que nadie puede maquillar es que no hay desbloqueo en el GATT y que los Doce se reunirán en Birgmingham el viernes, en el Consejo Europeo extraordinario convocado por la presidencia británica, sin ningún resultado positivo en esta última ronda de contactos, lanzada a iniciativa del presidente norteamericano Georges Bush.La Comunidad Europea ve esfumarse así una de las esperanzas abiertas en las últimas semanas de ofrecer inmediatamente algún dato positivo a una opinión pública y a unos mercados financieros anestesiados por la crisis del Sistema Monetario Europeo y por las enormes dificultades que está planteando la construcción europea. No hay de momento perspectivas a corto plazo para la reincorporación de la libra y de la lira. No hay bajada de los tipos de interés en Alemania. No hay todavía solución a la negativa a Maastricht en el re feréndum danés. No hay tampoco acuerdo sobre la limitación de poderes de la Comisión. No hay signos de relanzamiento de la actividad a nivel mundial. Y, finalmente, no hay desbloqueo de la Ronda Uruguay.Cuidar las formas

El dramatismo con que se acumulan los problemas sin solución en la mesa de los Doce fue amortiguado por la cuidadosa presentación del fracaso preparada por los portavoces de ambas partes. El portavoz comunitario, que protagonizó las escuetas y vacías comunicaciones públicas sobre las negociaciones, subrayó en todo momento su valoración positiva de los encuentros, pero se negó a entrar en ninguna explicación sobre su contenido. Añadió que los contactos seguirán todavía a nivel técnico.

"Cuando los trabajos técnicos terminen, quizás mañana por la mañana, serán comunicados a los responsables políticos correspondientes", señaló También aseguró que los cuatro negociadores pueden establecer ulteriores contactos, en función precisamente de estos trabajos técnicos, en un intento suficientemente explícito de demostración de que la pelota todavía sigue botando. El porta voz aseguró que la Comisión Europea informará al Consejo Europeo sobre el estado de las conversaciones tan celosamente ocultado hasta el momento por las dos partes negociadoras.

El principal escollo a las conversaciones de Bruselas era la actitud de Francia, que se había negado a aceptar reducción alguna de las exportaciones de trigo subvencionadas, tal como pretendía Estados Unidos Mientras el resto de los socios comunitarios habían manifestado su disposición a realizar nuevas concesiones, Francia se cerró en banda, presionada por la rebeldía extendida entre sus agricultores, que votaron en más de un 60 por ciento en contra del Tratado de Maastricht. El tema central de los debates son las subvenciones comunitarias al maíz y al trigo para la exportación. Estados Unidos pretende limitar las exportaciones europeas en una cantidad que equivale a la reducción de un 24 por ciento de la producción. Washington vincula esta negociación con el conflicto sobre las oleaginosas (soja, girasol y colza fundamentalmente), cuya producción europea quisiera ver reducida de 12,5 a siete millones de toneladas. Los negociadores norteamericanos parecen estar dispuestos a aceptar la nueva Política Agrícola Común, excepto precisamente en las subvenciones a los cereales.

La CE quisiera como contrapartida la imposición de algún tipo de limitación a la entrada de productos de sustitución de los cereales, que ahora llegan libremente desde Estados Unidos a Europa. Los negociadores de Bruselas piden también una mayor apertura de posiciones por parte norteamericana en la liberalización del mercado de los servicios y en el levantamiento de barreras no arancelarias al acceso al mercado norteamericano. Francia, que ha vetado todo recorte a las subvenciones cerealeras, cuenta con un sector servicios en plena expansión, que es el segundo del mundo en capacidad exportadora.

Los portavoces de los negociadores se han limitado a contar, durante los dos días de reunión ahora interrumpidos, los detalles de procedimiento más insulsos e ininteresantes. "El tono y el ambiente de las conversaciones ha sido muy positivo y constructivo", comentó con estudiada circunspección el portavoz de la Comisión Europea.