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El Papa espera que el V Centenario sirva para "pedir perdón" a los indios latinoamericanos

El papa Juan Pablo II sentenció ayer en Santo Domingo que "conservan plena actualidad" las palabras de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono del episcopado latinoamericano, quien, en el II Concilio provincial de Lima, en 1582, se declaró profundamente dolido "porque no sólo en tiempos pasados se les han hecho a estos pobres indios tantos agravios y con tanto exceso, sino que también en el día de hoy muchos procuran hacer lo mismo". Wojtyla expresó su deseo de que el V Centenario sirva "para pedir humildemente perdón por las ofensas".

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"Que la conciencia del dolor y de la injusticias inflingidas a tantos hermanos sean, en este V Centenario, ocasión propicia para pedir humildemente perdón por las ofensas y crear las condiciones de vida individual, familiar y social que permitan un desarrollo integral y justo para todos, pero particularmente para los más abandonados y desposeídos", sentenció Wojtyla en la homilía de conmemoración del V Centenario.El Pontífice, que inaugura hoy la IV Conferencia Episcopal de América Latina, lanzó ayer un mensaje a todos los Gobier nos latinoamericanos instándoles a equilibrar el reordenamiento de sus economías y sus democracias. El Papa abordaba así una de las mayores heridas de este continente, junto a la acuciante pobreza, y convocaba a quienes dirigen estos estados "a un cambio de mentalidad".

Deuda y solidaridad

Juan Pablo II exigió soluciones para la deuda externa, se pronunció por "una economía solidaria" y expresó su preocupación porque, según dijo, contradictoriamente a los esfuerzos que se están haciendo para aliviar la crisis económica, se producen simultáneamente fenómenos negativos como la fuga de capitales o la acumulación de riqueza e manos de unos pocos.También alertó de que en el continente se percibe una tenencia creciente al armamentismo, lo que, según sus palabras provoca frustraciones ante las expectativas de la población, que necesita esos fondos para resolver graves problemas de salud educación o de vivienda.

Juan Pablo II, que el sábado en la Catedral dominicana mostró sospechosos síntomas de cansancio, inició su jornada dominical con una misa de campaña, seguida de miles de fieles, en el controvertido Faro a Colón, una mole de hormigón ornamentada con mármoles y caoba, pero circundado por un muro, llamado popularmente "de la vergüenza", con el que se ocultan los barrios de miseria de Santo Domingo.

Del Descubridor, tanto en la homilía como en el posterior Angelus, sólo hizo referencias históricas y de su impresionante mausoleo, cuyas obras se han levantado a costa de la maltrecha economía dominicana, un comentario genérico por su forma de cruz, que dejaba bien parado a su promotor, el anciano presidente Joaquín Balaguer. Sin embargo, el Papa aprovechó el Angelus para incluir un recordatorio de las dos personas que murieron hace poco en enfrentamientos con la policía en protestas contra el V Centenario.

Durante la ceremonia del Faro, el Papa canonizó al agustino español Ezequiel Moreno, discutido obispo antiliberal que tomó partida en la Guerra de los 1.000 días de Colombia (1899-1902), y beatificó a siete mártires colombianos, todos ellos hermanos de la orden de San Juan de Dios, que fueron asesinados durante la Guerra Civil española. Juan Pablo II presentó a Moreno, a quien se ha bautizado popularmente como el santo del V Centenario, como "modelo de pastor" en América Latina, continente donde, paradójicamente, sólo vivió 16 años de su vida.

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