El Defensor del Pueblo considera inconstitucional negar los trasplantes a los deficientes mentales
El Defensor del Pueblo pide que no se excluya a los deficientes mentales de los programas de trasplante renal. La recomendación ha sido cursada al Coordinador Nacional de Trasplantes y al Servicio Valenciano de Salud que rechazó la inclusión de un disminuido psíquico en la lista de espera para el trasplante de riñón. La demanda de sus padres ante el Defensor ha sido atendida, pero, desgraciadamente, no podrá ser cumplida. Una peritonitis irreversible acabó con la vida de su hijo deficiente en agosto pasado.
La recomendación del Defensor del Pueblo, Álvaro Gil-Robles, ha llegado tarde para los padres del niño José Ibáñez Cifuentes, de 14 años de Alhama de Murcia, que reclamaban para su hijo deficiente y diabético el derecho a un trasplante. "Él está muerto, pero servirá para otros", dice María Vicenta, su madre.El informe de la dirección del Servicio Valenciano de Salud alegaba para no incluir a este niño en el programa de trasplantes que padecía un retraso psíquico. El Defensor del Pueblo considera éste argumento inconstitucional al estar basado en razones ajenas al proceso de enfermedad que afecta a estos pacientes.
En su recomendación, el Defensor dice que "no se puede olvidar la legítima pretensión del promovente [de la queja], cuyo hijo, que padece insuficiencia renal crónica, se ve obligado a efectuar diariamente tratamiento de diálisis, en tanto se lleva a cabo la intervención que precisa -el correspondiente trasplante-, que podría mejorar sustancialmente su esperanza o sus condiciones de vida". Gil-Robles sostiene que este derecho está amparado por los artículos 14, 41 y 43 de la Constitución y en varios preceptos de la Ley General de Sanidad.
Durante los últimos ocho años, el niño recibió tratamiento de diálisis en el hospital de la Virgen de la Arritxaca en Murcia. Según uno de los médicos que le trataron en la sección de Nefrología, el chico presentaba un retraso muy considerable, "una encefalopatía no muy bien filiada" y apenas se podía valer por sus propios medios. En un primer momento se le intentó practicar un trasplante en Murcia, pero al presentar complicaciones se le envió a La Fe de Valencia, como hospital de referencia regional. Allí un comité de expertos rechazó incluirle en la lista de espera -5.563 en 1991 de los que 1.371 recibieron riñones de 781 donantes- lo que impulsó a sus padres a recurrir al Defensor del Pueblo.
Fuentes del hospital valenciano afirman que el niño no reunía condiciones para que un trasplante con éxito le fuera a mejorar su calidad de vida. "Los trasplantes se practican en pacientes con estabilidad psicosocial porque se les administra medicamentos muy peligrosos. No se trata de una apendicitis que se opera y ya está", afirma un especialista, que prefiere guardar su anonimato.
Peliagudo y morboso
El comité ético del hospital de La Fe, donde se practican hasta tres veces más trasplantes infantiles que en La Paz de Madrid, consideró que la rehabilitación que el paciente conseguiría sería mínima. Las mismas fuentes, no obstante, califican el caso de "peliagudo y morboso" por lo fácil que puede resultar su manipulación con fines políticos o espúrios. "Por lo que sé, al niño le sobrevino una peritonitis por hongos de muy difícil tratamiento y murió", afirma el nefrólogo Francisco. Rodríguez quien se alegra de la intervención del Defensor del Pueblo en estas cuestiones. "Cada equipo tiene sus propios criterios, aunque siempre amparados por pautas internacionales, pero en el otro extremo está la sociedad que pide y exige prestaciones, como es el caso de los padres del niño. Por eso me parece bien que una institución tan importante como la del Defensor aporte, con el asesoramiento de expertos, su propio criterio y jurisprudencia".
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