Cientos de muertos georgianos en una triunfal contraofensiva de los independentistas abjazos
Las fuerzas georgianas sufrieron ayer una gran derrota en Abjazia, al ser expulsadas de las localidades que controlaban en el norte de esta república autónoma rebelde. Los georgianos perdieron cientos de combatientes y huyeron víctimas de¡ pánico, abandonando carros de combate, armas y municiones. Edvard Shevardnadze, el líder de Georgia, ha asegurado que este contraataque sólo pudo tener éxito gracias a la ayuda exterior. Las autoridades militares georgianas acusan a las tropas rusas de apoyar a los abjazos.
Los soldados de Shevardnadze, que controlaban Gantiadi y Leselidze, ciudades en el norte de Abjazia, huyeron desesperados: algunos lo hicieron por mar, otros se internaron en las montañas y por lo menos 200 cruzaron la frontera con Rusia, que se encuentra a escasos kilómetros.Los abjazos continuaron la triunfal ofensiva lanzada la semana pasada en el norte de la república autónoma -ya el viernes conquistaron Gagra, donde las autoridades georgianas les acusan de haber realizado medio centenar de ejecuciones sumarias- y el lunes por la noche rompieron la! defensas georgianas en Gantiadi. Alrededor de las seis de la mañana de ayer la bandera abjaza ondeaba ya en la frontera con Rusia. Ahora los abjazos controlan prácticamente la mitad de su república autónoma, desde Eshera, poblado cercano a Sujumi, la capital, hasta la frontera rusa.
La posibilidad de ser atacados por el norte -el mayor peligro a que se enfrentaban los rebeldes- ya no existe, y tomar Gudaúta, actual residencia de los dirigentes abjazos, desde Sujumi, en el sur, es sumamente difícil para los georgianos: el camino es estrecho y ha sido completamente minado. La alternativa es lanzar una ofensiva por mar, con un desembarco, pero para ello los soldados de Shevardnadze necesitarían el permiso de los rusos, que controlan las aguas de la zona.
"Esta traidora acción pudo realizarse sólo con la ayuda de fuerzas exteriores interesadas en avivar el conflicto en Abjazia", dijo Shevardnadze ayer al referirse a la victoriosa ofensiva de los rebeldes. El Ministerio de Defensa georgiano acusó directamente a las tropas rusas emplazadas en la zona: "Los extremistas abjazos y sus mentores rusos han puesto en práctica su plan para privar a Georgia de un trozo de territorio y de las tierras adyacentes a la frontera georgiana-rusa", dice el comunicado oficial.
Las relaciones entre Tbilisi y Abjazia eran tensas desde hacía meses, pero el conflicto armado, estalló cuando las tropas georgianas tomaron, en agosto, Sujumi, capital de la república autónoma, bajo el pretexto de que en esa zona se escondían los partidarios del derrocado Zviad Gamsajurdia que habían tomado como rehenes a varios altos dirigentes.
Contra el independentismo
Sin embargo, de inmediato quedó en claro, como lo reconoció el mismo Tenguiz Kitovani, vicepresidente del Consejo de Estado de Georgia y ministro de Defensa, que la verdadera razón de la invasión era el deseo de acabar con la reivindicación de mayor independencia que planteaban los líderes abjazos.
El principal argumento esgrimido por Tbilisi para privar a los abjazos de su autonomía es que constituyen una minoría de la población en Abjazia: son apenas el 18% de los habitantes, mientras que los georgianos llegan al 46%; el resto son rusos, armenios, azerbaiyanos y griegos, principalmente. La explicación de este bajo porcentaje está en la historia: los abjazos fueron deportados a Turquía por centenares de miles durante el imperio zarista en castigo a su participación en diversas rebeliones; después, en la época de Stalin, volvieron a ser expulsados en masa y sus tierras ocupadas por los georgianos.
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