_
_
_
_
Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Adiós a las giras

Dire Straits alzó la mano anoche en Madrid para despedirse durante una larga temporada. Hoy será el adiós definitivo en la plaza de toros de Las Ventas, y cuando el próximo viernes toquen en Zaragoza el último bis, habrá finalizado una gira que ha durado más de un año y congregado a más de siete millones de personas en todo el mundo. En España, donde han realizado 18 actuaciones durante tres meses, la cifra asciende a medio millón. Veintiséis países han despedido a Dire Straits. Desde Reino Unido a México; desde Polonia a Australia; desde Chile a Finlandia. Porque On every street se anuncia como la gira del adiós.Mark Knopfler ha exprimido bien esta despedida, aunque no parece pertenecer a la tribu de los chupones. Tampoco extraña el adiós, vista su trayectoria. Aquel excelente guitarrista que a finales de los 70 opuso su estilo diáfano a la oscuridad del punk, educado en la técnica instrumental norteamericana sin olvidar el sonido británico de los Shadows, no cuadra con el arquetipo de hombre espectáculo. Ultimamente, el espectáculo lo estaba devorando, cuando a Mark Knopfler lo que le gusta es tocar la guitarra, algo que siempre ha hecho estupendamente. Por eso" la despedida de Madrid tenía el morbo de conocer el estado actual de las relaciones entre guitarrista y espectáculo.

Dire Straits

Mark Knopfler (voz, guitarra), John Illsey (bajo, coros), Alan Clark (teclados), Guy Fletcher (teclados), Phil Palmer (guitarra, coros), Paul Franklin (pedal steel guitar), Chris White (saxo), Chris Whitten (batería), Danny Cummings (percusión). 16.000 personas. Precio: 3.800 y 4.800 pesetas. Plaza de toros de Las Ventas. Madrid, 6 de octubre.

Lejos de disquisiciones teóricas, el público, más hábil y astuto, se lo pasó en grande con el aperitivo de rhythm and blues que ofreció el buen grupo The Blues Band, antes de que Dire Straits apareciese en el escenario a las diez en punto. Calling Elvis abrió el recital con calor, algo que agradecer porque hacía un frío pelón. En esta canción emblema de su último disco, On every street, Knopfler se explayó con la guitarra, mostrando que su técnica utilizando tres dedos de la mano derecha multiplica. exactamente por tres las posiblilidades de los que sólo utilizan la púa, especialmente en los fraseos que se desarrollan sobre los acordes.

Exhibición y control

El sonido no era brillante, pero mejoró en Walk of life, una especie de twist que permitió la exhibición de los músicos y la demostración del control de Knopfler sobre los tempos de las canciones. Después llegó Heavy fuel, la faceta más dura del sonido Dire Straits, las baladas y las deudas con J. J. Cale. El público, encantado.En Private investigations, el grupo demostró su espectacular disciplina y precisión, apoyadas por un juego de luces que salvaron la reiteración. Después, Sultans of swing, que se ha convertido en la inevitable concesión porque el grupo la ejecuta como para salir del paso y, además, muestra la discreta evolución armónica de Mark Knopfler como guitarrista, casi 15 años después de inciar su carrera en Londres.

Pero el frío iba a más y el público prefería los ritmos vivos. Silbó el lento comienzo de On every street, impidiendo apreciar una de las características más peculiares de Knopfler: su expresividad a través del glissando. Y balanceando canciones lentas y rápidas fue transcurriendo el recital del grupo que ha convertido el pop en música clásica de este siglo. Con temas excesivamente monótonos por sus desarrollos en los que apenas pasa nada, con arreglos muy parecidos entre canciones -como en Private investigations y Telegraph road-, con un elevado nivel instrumental y con un planteamiento muy similar al de su anterior visita a Madrid, aunque de mayor austeridad en lo espectacular.

Al cabo de 90 minutos, Dire Straits hizo un amago de despedida, pero el público quería a Knopfler de calefacción. Y llegaron los bises, con Brothers in arms y Moneyfor nothing en cabeza. El éxito cerró su primera actuación en Madrid, preludio del fin de una gira y del comienzo de una nueva etapa para un Mark Knopfler que no quiere seguir jugando entre el pub y el estadio. Que dice adiós a las giras.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_