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Bush invita a Clinton a mantener un debate cada domingo hasta la fecha de las elecciones

Antonio Caño

En un intento de paliar el daño causado a su imagen por su negativa a participar en dos anteriores debates electorales, el presidente George Bush propuso anoche a su contrincante demócrata, Bill Clinton, "debatir todos los domingos por la noche entre el 11 de octubre y el 1 de noviembre". Bush añadió que Ross Perot puede sumarse a esos debates si decide, finalmente, participar en la carrera electoral.

Bill Clinton, que se ha visto sorprendido para esta audaz jugada del presidente, no había hecho, hasta el momento de cerrar esta edición, ningun comentario respecto a esta propuesta, pero no parece que tenga más alternativa que aceptarla. Ross Perot había declarado por la mañana en una cadena de televisión que, si participaba en la campaña, aceptaría todas las reglas del juego, incluídos los debates.Antes de conocer la oferta de Bush, Bill Clinton había insistido ayer en que eran necesarios debates entre los candidatos. "Quiero debatir. Quiero un discusión honesta. Bush no puede perder más tiempo esquivando la verdad", dijo el candidato demócrata en Louisville.

En un discurso pronunciado en Clarksville (Tennessee), George Bush afirmó que presentaba este calendario de debates para demostrar la importancia que le concede a estas elecciones, la fortaleza de sus convicciones y su creencia de que la presidencia de Bill Clinton sería mala para Estados Unidos.

Pocas horas antes de lanzar su sorprendente propuesta, Bush se había negado, por segunda vez en una semana, a participar en un debate electoral con Bill Clinton, y había dejado entre los votantes la impresión de que no se atrevía a encontrarse cara a cara con su contrincante demócrata.

El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, anunció anoche que George Bush no pensaba acudir al debate convocado el próximo domingo en la ciudad de San Diego en las condiciones establecidas por la Comisión de Debates Presidenciales, un organismo bipartidista que fija las reglas para este importante instrumento de la campaña electorál.

El presidente Bush adujo el mismo argumento- su desacuerdo con las normas establecidas- para negarse a acudir al primero de los debates convoca dos, el pasado día 22 en Michigan. El candidato republicano quería que los encuentros directos entre los candidatos se lleven a cabo con el mismo formato de 1988, es decir, con los dos aspirantes frente a un panel de periodistas. La comisión, de la que forman parte personajes tan poco suspechosos como el ex presidente republicano Gerald Ford, sugiere que los dos candidatos se vean las caras sin periodistas. Sólo un moderador que conduzca la conversación.

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La propuesta presentada por Bush en Clarksville pretende ser una solución intermedia. El presidente sugirió que dos de los cuatro debates dominicales se celebren con un sólo moderador, y los otros dos, con un panel de periodistas.

Auténtico duelo

El método del moderador tiene la ventaja de que permite ofrecer al público un auténtico duelo personal de los dos candidatos, concentrados en los asuntos de los que verdaderamente quieren hablar, mientras que la presencia de los periodistas alarga el debate, introduce demasiados asuntos en la discusión y evita el enfrentamiento entre los rivales.

Los demócratas tienen todavía grabado en su memoria que fue la pregunta de periodista (Bernard Show, de la CNN) sobre qué hubiera hecho Michael Dukakis con el hombre que hubiera violado y asesinado a su esposa, lo que terminó de arruinar las esperanzas electorales del candidato de oposición en 1988.

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