Lo que no se debe olvidar
En carta publicada en esta sección el pasado 16 de septiembre, leía con espanto y a la vez con esperanza, meditaciones a pecho descubierto, sobre la filosofía de vida oficial, de moda, o vaya usted a saber, de la juventud española. Pensar "que sólo existe el hoy, olvidando el pasado y omitiendo el futuro" (sic), es justamente lo contrario de lo que se debe entender como justa medida de esa difícil tarea que es vivir, de la que nunca se puede decir "llegué, la encontré". Dice un refrán popular que "corregir es de sabios", pero si olvidamos nuestros errores no se de qué manera podremos corregirlos y en múltiples textos habremos leído aquello de "todo pueblo que olvide su historia está abocado a cometer los mismos errores del pasado".Me esperanza el hecho de que tú, Manuela, te rebeles por ese "mutismo" y "la realidad que enmudece". ¡Y hay que rebelarse! cuantas veces haga falta y ponerle voz a esas "almas que gritan por no querer olvidar". Sobre el futuro, está claro que es la mejor fórmula de los bien llamados por ti "depuradores". Al negar su existencia, siempre será más fácil hacerse pasar por lo que la oricialidad institucional considere que no que cada ciudadano piense y tenga claro dónde quiere ir y cuál deba ser el adecuado o más adecuado que el que señalen los muros, no con vallas que puedan saltarse, por supuesto y siempre, de manera solidaria y respetando al resto de la comunidad. Pensar que corren tiempos en que se ha prohibido de alguna manera pensar da escalofríos.
Me atrevería a definir como el frágil trayecto entre el ayer y, el mañana la filosofía más adecuada, pero nunca olvidar el pasado ni perder de vista el futuro. Lo contrario es demagogia y pernicioso para cualquier, sociedad.
Manuel Muñoz Romero.
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