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Salinas se distancia de La Habana y recibe a exiliados anticastristas

Cuba, a través de su embajador en México, José Fernández de Cosio, ha expresado públicamente su malestar por la reciente decisión del presidente Carlos Salinas de Gortari de recibir oficialmente a dos representantes del exilio anticastrista. Esta decisión no sólo ha enojado a los cubanos, que la han calificado de negativa, sino que ha levantado protestas entre la izquierda de este país, que si en algo coincidía hasta ahora con Salinas era en su "política inalterable" de apoyo a Cuba.

La primera reacción para atemperar la tormenta política interna ha salido del propio Gobierno, pero no de la presidencia de la República. La Secretaría de Relaciones Exteriores, mediante un breve comunicado, incide en que las relaciones se mantienen "inalterables". También advierte que no existen razones que modifíquen su actual estado.Sin embargo, según medios oficiosos, lo que ha hecho el presidente Salinas es seguir los pasos de otros Gobiernos, como fue recientemente el español, de escuchar la opinión del exilio cubano, en especial después de haber fracasado en varias ocasiones en su intento por convencer a Fidel Castro para que introduzca cambios en el sistema.

Salinas, según fuentes gubernamentales mexicanas, comunicó su intención a las autoridades de La Habana, que se mostraron contrarias a esta reunión, celebrada el pasado 13 de septiembre. Eso explica que Castro no acudiera, como ha venido siendo habitual desde que asumió el poder, a la recepción que cada año ofrece el 16 de septiembre en La Habana la embajada mexicana con motivo de la independencia.

También justifica la fría actitud, de Salinas con el líder cúbano cuando acudieron a la cumbre iberoamericana de Madrid.

La diferencia entre lo ocurrido en México y en otros países estriba en que, además de con Carlos Alberto Montaner, representante de la Plataforma Democrática de Cuba, Salinas se entrevistó con José Más Canosa, líder del exilio en Miami, de tendencia ultraconservadora y vinculado a los sectores reaccionarios del Gobierno norteamericano. Más Canosa, presidente de la Fundación Cubano-Norteamericana, es un conocido empresario, en una de cuyas sociedades trabaja un hijo del presidente Bush.

La decisión de Salinas ha coincidido accidentalmente con dos acontecimientos: la purga de Carlos Aldana, hasta ahora el número tres del régimen, aunque a distancia de los hermanos Fidel y Raúl Castro, y la aprobación, por parte de la Cámara de Representantes estadounidense, de la llamada Acta de Democracia en Cuba o ley Torricelli, que estrecha el bloqueo contra la isla.

La destitución de Aldana desconcertó a la clase política mexicana, especialmente a la izquierda, ya que se trataba de un buen interlocutor no sólo en las relaciones entre ambos países, sino también en el mantenimiento de un puente de solidaridad entre el régimen de Castro y un sinfín de organizaciones sociales mexicanas.

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