Bonn y París planean un banco central franco-germano, según revela 'Der Spiegel'

J. M. MARTÍ FONT, Las rotundas declaraciones del canciller Helmut Kohl a favor de una rápida ratificación del Tratado de Maastricht y de una Europa a doce, y los tajantes mentís gubernamentales sobre un supuesto pacto secreto entre Kohl y el presidente francés, François Mitterrand, para la creación de una mini-Europa, no han conseguido evitar que la posibilidad imninente de una Europa de dos velocidades -a cuya cabeza irían Alemania, Francia y los países del Benelux- se vaya imponiendo en las cancillerías europeas. El semanario Der Spiegel revela en su próximo número que París y Bonn tienen ya muy perfilado el plan para la creación de un banco central franco-germano.

El matiz, ahora, es que se trata simplemente de aplicar lo previsto en el Tratado de Maastricht, que ya contempla esta Europa de geometría variable, especialmente en lo que se re fiere a la moneda común, pero con la diferencia de que esta unión monetaria -a cinco o a seis, si se suman los daneses podría producirse antes de oposición al Tratado de Maastricht en otros países de la Comunidad Europea (CE). El ex presidente del Bundesbank, Karl-Otto Pöhl, está totalmente de acuerdo con el proyecto, según la misma información.Presidencia francesa

Este superbanco tendrá una participación al 50% de franceses y alemanes, sede en Francfort y presidencia francesa, y se encargará, según el semanario hamburgués, del control de la moneda circulante y de los tipos de interés. Al igual que el Bundesbank, será completamente independiente del control político. La información de Der Spiegel se hace también eco de un rumor que han barajado fuentes diplomáticas en Bonn en los últimos días en el sentido de que, formado el núcleo de esta moneda europea por el marco y el franco, acogería después a las monedas satélites de los países del Benelux, así como al chelín austriaco que, de hecho, es un marco camuflado- y al franco suizo. No hay que olvidar que el primer comunicado de Kohl tras el sí francés a Maastricht hacía una especial mención a la inmediata ampliación de la CE a los países de la Asociación Europea de Libre Comercio.

"Es un plan de emergencia, no es nuestra meta prioritaria", dicen las fuentes de la cancillería citadas por Der Spiegel, que aseguran que la nueva institución no estará cerrada a los demás países de la CE, que podrían sumarse cuando quisieran y pudieran, aunque estos planes incluyen sólo a París y Bonn.

La mayoría de los observadores recuerdan que el problema, en el momento actual, es que en Alemania se solapan dos crisis: la recesión económica y la crisis de credibilidad del Gobierno de Kohl. Una encuesta del instituto de opinión INFAS asegura que un 75% de los alemanes desaprueba la gestión del Gobierno. Según la encuesta, la popularidad de Kohl está bajo mínimos mientras sube imparable la figura del líder de la oposición, Björn Engholm.

[El primer ministro danés, Poul Schlüter, anunció ayer un próximo viaje a Bonn para advertir al canciller Kohl contra toda precipitación sobre la vía de la construcción europea que olvide la oposición popular en Europa al Tratado de Maastricht, informa France Presse.]