Errores

Madrid, Capital Europea de la Cultura, no se cansa de repetir nuestro primer edil en cuanto tiene ocasión. Pero cabe preguntarse a qué tipo de cultura se refiere cuando así se expresa. ¿A la cultura de la suciedad, que impera en esta ciudad y que no elimina? ¿A la cultura de los atascos diarios en la circulación rodada de superficie, que no soluciona? ¿0 quizás a la cultura de la especulación inmobiliaria, disponiéndose a recalificar parcelas del sector terciario a zonas residenciales en el retrasado pasillo verde?Mientras tanto, tras tres largos años de obras y cientos de millones empleados, concluyeron las obras de una Biblioteca Municipal en ' la calle de Arganda del distrito de Arganzuela, y seis meses más tarde aún no ha sido inaugurada, al parecer porque el Ayuntamiento no dispone de libros, ni puede distraer un funcionario para que ejerza la función, de bibliotecario. Hasta ahora, pensaba que la lectura y el estudio constituían un pilar determinante para el desarrollo positivo de la cultura. Pero a la vista de esta situación, pienso que quizás yo he permanecido muchos años equivocado. Si esto es así, no me resta más que pedir disculpas a nuestro primer edil por haber incurrido en tamaño error.-

Aeropuerto de Barajas, día 2 de septiembre, 7.15 de la mañana, llegadas internacionales:

1. Simplemente ocho puestos de control de pasaportes.

2. De ocho que hay, sólo funcionan cuatro.

3. De esos cuatro, dos no avanzan nada.

Resultado: atasco fenomenal y tres cuartos de hora de cola. Así demostramos nuestra modernidad frente a nacionales y extranjeros.- Francisco Pastrana Pérez. León.

Soy una madrileña de 17 años que quiere expresar una protesta acerca del tan nombrado Madrid Cultural del 92.

A principios del mes de agosto se estrenó en el Gran Patio Conde Duque una obra llamada La antología de la zarzuela, dirigida por el conocido José Tamayo. Según lo que él mismo declaró a una emisora de radio, las entradas para este espectáculo iban a tener un precio muy asequible para que absolutamente todos los madrileños tuviésemos la oportunidad de ir. Y así fue, las entradas se pusieron a 1.000 y a 2.000 pesetas, todas, menos las del día 3 de septiembre, en el que estaba anunciada la actuación estelar del tenor Plácido Domingo, las cuales se vendieron sin previo aviso y no en el Corte Inglés, como las de los demás días, al precio de 10.000 pesetas.

Entonces me pregunto: ¿es que la gente humilde no vamos a poder tener nunca la oportunidad de ver a nuestros ídolos si no es pagando un dinero que no podemos permitirnos? Si una actuación que se hacía especialmente para todo tipo de público cuesta eso, ¿qué será de las que no se hagan para los pobres?- Virginia García Ortega, Madrid.