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Los partidos apuestan por "regenerar" la política andaluza, marcada por el escándalo y la corrupción

El debate que el Parlamento de Andalucía celebró ayer sobre el caso Ollero se convirtió en una catarsis acerca de la regeneración de la vida política regional, marcada en los tres últimos años por los casos dé presunta corrupción Guerra y Ollero. Así, el portavoz de Izquierda Unida (IU), Luis Carlos Rejón, aseguró la existencia de una mafia de ex altos cargos para conseguir subvenciones y contratas, mientras que el propio presidente de la Junta, el socialista Manuel Chaves, apostó por poner freno "a formas extravagantes y peligrosas de hacer política".

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Manuel Chaves criticó la proyección de una "imagen peyorativa" de Andalucía con el propósito de atacar al Gobierno andaluz y a la formación que lo sustenta, el PSOE, y quiso también dejar claro, "de una vez por todas, que la Administración andaluza se ha regido siempre por las leyes y ordenamiento jurídico".De las intervenciones de los distintos portavoces parlamentarios trascendió hasta qué Punto los propios partidos políticos han interiorizado las acusaciones de corrupción y la merma de credibilidad ante la opinión pública.

Chaves cree imprescindible aclarar los fondos económicos de los que se nutren las formaciones políticas para "despejar cualquier sombra de duda" y negó que esto sea una maniobra para distraer la atención sobre la detención de Jorge Ollero -hermano del ex director general de Carreteras, Manuel Ollero-, con un maletín en cuyo interior había 22 millones de pesetas procedentes de un presunto cobro de comisiones ilegales.

Los partidos de la oposición se mostraron preocupados por la proyección de Andalucía como la región del chanchullo o, en palabras del portavoz popular, Gabino Puche, "de que aquí es fácil hacerse millonario si se es amigo de un hermano, o recibe información privilegiada". Para Gabino Puche "está clarísimo que se pagan comisiones a cambio de obras" y de que el tráfico de influencias "es práctica habitual".

El portavoz de Izquierda Unida, Luis Carlos Rejón, también dijo estar convencido de la existencia de "una mafia montada por ex altos cargos" de la Junta de Andalucía que ejerce un poder paralelo al del Gobierno andaluz y al que hay que acudir para obtener subvenciones y contratos con la Administración regional.

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"Cultura del pelotazo"

Rejón solicitó un compromiso de regeneración de la vida política, seguro de que, si bien "la corrupción aún no está definitivamente asentada", no hay iniciativa que valga si no existe voluntad de terminar "con la cultura del pelotazo". En lo que respecta al caso Ollero, los grupos de la oposición centraron su intervenciones en las divergencias y cambios de posturas, tanto del PSOE como de la propia Junta, desde que fue detenido Jorge Ollero hasta el momento del debate. También insistieron en la semana transcurrida entre la detención de éste (15 de julio) y la respuesta de la Junta (22 de julio).

Chaves aseguró de forma rotunda que conoció el hecho un día antes de publicarse en los medios de comunicación, a través de los propios periodistas, y del consejero de Obras Públicas, Juan Manuel López Martos, pero eludió explicar por qué el director general no informó al consejero de forma inmediata acerca de la detención de su hermano. En cuanto a acciones judiciales, Chaves dejó abierta la posibilidad de querellas contra los inculpados por parte de la Junta, aunque advirtió que no se tomará ninguna iniciativa hasta que se levante el secreto de sumario.

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