El Banco de Italia no consigue subir la lira, pese a aumentar el precio del dinero hasta el 15%

El Banco de Italia fracasó ayer en su intento de contener la caída de la lira mediante una subida del precio del dinero de 1,75 puntos, que situó el tipo preferente en el récord europeo del 15%. No obstante esa medida extrema, anunciada con "tonos de guerra contra la especulación" por el Gobierno y recibida con consternación por empresarios y sindicatos, la divisa italiana cerró la jornada a 765,40 frente al marco, en el límite autorizado por el SME. El dólar, que no consolidó la recuperación, subió en España dos pesetas.

Este resultado vuelve más acuciante la preocupación sobre el futuro de la lira, a la que. sólo la llegada del fin de semana logró rescatar ayer del KO en el último momento. El efecto positivo de la subida del tipo de interés apenas se hizo sentir durante una hora en el mercado, pues para mediodía el marco volvía a subir libremente.El. Banco de Itaba apoyó, además, su moneda con la venta de unos 890 millones de marcos y otros 800 millones de francos belgas, según estimaciones de los operadores no confirmadas oficialmente.

"El crédito entre bancos centrales del SME es lirnitado, recordaron tras la mala jornada del jueves el ministro del Tesoro, Piero Barucci y el gobernador del Banco de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, en un comunicado conjunto. Con ese mensaje, pretendían disipar cualquier duda sobre la capacidad y la determinación italiana de invertir en apoyo de sus compromisos monetarios europeos.

Sin embargo, al abrirse la jornada de ayer con la lira en el límite frente al marco, procedieron a subir los tipos de interés, antes de intervenir directamente en los mercados. Se trata de la tercera vez desde el pasado 4 de julio que Italia recurre a, esa medida contraria al relanzamiento económico. Y ello en un año en el que el único dato positivo es la contención de la inflación por debajo del 6%.

El motivo de las tres subidas, que han llevado el tipo de interés preferente del 12% al 15% actual ha sido siempre la necesidad de proteger la lira frente a movimientos que el Gobierno había calificado hasta ahora de "especulativos". Anoche, en una alocución televisiva, el primer ministro, Giuliano Amato, afirmó que "en una coyuntura general deflacionista, Italia está pagando el precio de su mayor inflación, su mayor déficit y su fraude fiscal más elevado".

Lo cierto es que ni la Mala marcha de la balanza comercial de Italia, ni su abultado déficit público ni su deuda en bola de nieve que no parece tener más solución clara que una impensable suspensión de pagos, permitían mirar a la lira con optimismo y ese es el bagaje con el que la divisa italiana se vio envuelta, como la libra esterlina, en el baile monetario suscitado por la caída libre del dólar y la apreciación del marco, acelerado luego por la incertidumbre real que proyecta el referéndum francés sobre Maastricht.

Deuda pública

La subida de los tipos de interés, que hoy se encuentran en Italia al nivel de 1985, encarece el coste de la deuda pública hasta aniquilar los efectos de las medidas de contención del déficit que el Gobierno promueve con esfuerzo. También dificulta el acceso al crédito por parte de los empresarios, que confían en reequilibrar sus posiciones exteriores con una devaluación de la lira en noviembre. Pero el Gobierno niega esta posibilidad, y se atiene al compromiso europeo que excluye próximos reajustes de paridades.

Mientras tanto, los mercados internacionales estuvieron atentos ayer a las cifras de paro en Estados Unidos. El índice registró un ligero descenso en agosto y se situó en un 7,6%, frente al 7,7% del mes anterior. No obstante, se creó menos empleo, y, según los expertos, de no haber sido por los programas de trabajo temporal para los jóvenes, el desempleo en EE UU hubiera aumentado.

Tras la publicación de la cifra del desempleo en EE UU, el dólar que se iba recuperando, cayó en todos los mercados internacionales que reaccionaron, además, a una posible nueva caída de tipos impulsada por la Reserva Federal.

Con todo, en España, la divisa estadounidense se situó en 92,75 pesetas, dos más que la víspera.