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XENOFOBIA EN ALEMANIA

15.000 militantes de izquierda se manifiestan en Rostock contra los brotes de racismo

Unas 15.000 personas participaron ayer en la manifestación contra el racismo que tuvo lugar en Rostock, en la antigua Alemania comunista. Acabada la misma frente al albergue para refugiados que fue incendiado hace unos días por grupos neonazis, la anunciada violencia no hizo su aparición más que esporádicamente. Sin embargo, una bomba de considerable potencia hizo explosión en Hannover, donde se celebraba una fiesta popular a la que asistían cientos de miles de ciudadanos, provocando 16 heridos, seis de ellos muy graves.

Según la policía de Hannover, el explosivo se hallaba dentro de un contenedor de basuras tras el mostrador de una de las cervecerías instaladas para la ocasión, y lo sorprendente es que no haya causado más daño, ya que en un radio de 30 metros se rompieron los cristales de todos los automóviles. No se produjo ningún aviso previo a la explosión, ni, hasta esta madrugada, ningún grupo había reivindicado el atentado.En Rostock, la manifestación tuvo lugar sin más problemas que los derivados del retraso causado por los controles de la policía en las autopistas de entrada a la ciudad. La mayoría de los participantes eran jóvenes occidentales, de militancia política marxista o anarquista, procedentes de las grandes ciudades más próximas, como Berlín, Hamburgo o Lúbeck.

Las bandas neonazis y los militantes de extrema derecha no hicieron acto de presencia durante la manifestación. Los únicos enfrentaminentos tuvieron lugar al finalizar la marcha frente al albergue incendiado, en el barrio de Lichtenhagen, y los protagonizaron los grupos anarquistas más radicales, cuyos miembros, con el rostro tapado, se enfrentaron directamente con la policía.

Desde primeras horas de la mañana, las fuerzas del orden, curándose en salud, controlaron totalmente la ciudad. Más de 3.000 efectivos de las unidades de élite de la BundesgrenzschutIz (BGS) pusieron en práctica una curiosa operaci ón destinada a diluir la potencia de la manifestación, mostrando, una vez más, lo efectivas que son contra los manifestantes de izquierdas, en contraste con las dificultades que tuvieron para controlar a varios centenares de neonazis.

En la autopista de Berlín, varias decenas de kilómetros antes de llegar a Rostock, la policía detuvo a 40 autobuses procedentes de la capital alemana cargados con más de 1.500 manifestantes. Otro tanto sucedió en la carretera que llega de Hamburgo, donde 2.000 personas pasaron el día en las cunetas mientras la policía las registraba minuciosamente una a una. El resultado fueron 65 detenidos, acusados de llevar consigo palos de beisbol de aluminio, bombas incendiarias y otras clases de armas.

Asimismo, las autoridades de Rostock cancelaron las líneas de autobuses que llevaban al barrio de Lichtenhagen, y cerraron también la parada de metro. Igualmente, desde el mediodía, los automovilistas que se acercaban al lugar de convocatoria de la manifestación, y que no pudieran demostrar que fueran residentes, eran desviados un kilómetro antes.

Aparente calma

Ayer por la noche la situación aparente era de clama. La presencia policial había disminuido considerablemente, y la mayoría de los manifestantes llegados de faera volvían a sus lugares de origen. Sin embargo, el alcalde de Rostock, Klaus Kiliman, indicó que se estaban produciendo incidentes aislados. Uno de ellos precisamente en el bosque de Hinrichshagen, donde se encuentran ahora los 300 gitanos rumanos sobre los que se centró la violencia. Grupos de neonazis pretendían prender fuego a su nuevo refugio, pero en esta ocasión la policía les detuvo antes de que llegaran.

Nadie descartaba que, a lo largo de la noche, se sucedieran las explosiones de violencia en toda Alemania. Lo sucedido durante la noche del viernes al sábado lo hacía presagiar. En la cercana Greifswald, cerca de la frontera polaca, la policía se enfrentó a unos 30 neonazis que pretendían atacar un alberge de extranjeros. En Stendal, medio centenar de extremistas de derecha intentaron hacer otro tanto y 17 de ellos fueron detenidos. En total, la noche se saldó con más de un centenar de detenciones en toda Alemania.

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