_
_
_
_
Reportaje:

Los dromedarios también son artistas

Polémica por la presencia de animales en las representaciones de ópera de las termas de Caracalla

Los dromedarios podrán seguir actuando en la ópera Aida, de Verdi, que se representa en las termas romanas de Caracalla. Gian Paolo Cresci, director del Teatro de la ópera de Roma, ha ganado el pulso al Departamento de Bienes Culturales de la ciudad, cuyas normas prohíben que circulen animales dentro de los conjuntos arqueológicos. La representación podrá seguir contando con caballos, palomas y estos simpáticos seres jorobados, imprescindibles en todo desierto egipcio que se precie. Envalentonado por su victoria, Cresci ha anunciado que el próximo verano añadirá al reparto un elefante.Los espectadores siempre han acogido con entusiasmo la presencia de los animales en escena. Tanto que ya se ha consagrado al inicio del tercer acto la tradición de lo que se llama el aplauso del camello. El Departamento de Bienes Culturales se muestra menos entusiasta al sefialar que no es fácil convencer a los artistas de cuatro patas para que no den rienda suelta a sus necesidades fisiológicas en pleno templo de Júpiter y pongan perdidos los preciados bienes arqueológicos.

Este año, el Teatro de la ópera ha presentado una parejita de dromedarios, madre e hijo, aficionadísimos a Verdi y con el libreto ya casi aprendido. Pero en el aire flotaba el recuerdo de una antecesora suya, la dromedaria Pasquina, que actuó desde los tiempos del fascismo hasta la mitad de los años setenta. "Pasquina era muy simpática", dice Gian Paolo Cresci "Tenía un oído buenísimo; en cuanto pisaba el escenario cogía el ritmo y se apasionaba. Pero cuando sonaba la trompa se ponía nerviosa y se hacía grandes cacas en escena, suscitando la hilaridad de los espectadores".

Pero el Departamento de Bienes Culturales fue comprensivo Se habilitó en las propias termas un recinto para la estancia de temporada de los dromedarios, y Aida volvió a ser lo que era "Son bestias extraordinarias, y todas las noches, cuando se dan cuenta de que ha llegado el momento, se excitan; están muy excitadas cuando les toca salir a escena", explica Cresci.

Pero las ideas del director general no acaban ahí Llevando su intención programática de "transformar la lírica de teatro de corte, de pocos, en teatro de todos, de muchos, de masas", ha decidido que los miembros del reino animal también tienen derecho a contemplar las evoluciones en escena de sus congéneres, y ha decidido admitir en el recinto a los animales domésticos. "El pasado martes, en Zorba el griego, tuvimos cinco perros", comenta satisfecho. "Los perros no interrumpen las óperas líricas, sino que las aprecian y están callados durante la música. Ladran sólo en el momento de los aplausos".

Esta amable acogida a los animales domé-sticos es sólo para la temporada lírica al aire libre. "Por supuesto", dice el director general, "no puedo sentar a los perros en los palcos del teatro. Entonces ya sí que me detendría la policía".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_