La Puerta de Hierro se deteriora, oculta entre el tráfico de un nudo de autovías
La Puerta de Hierro es "como una isla rodeada de tiburones" reconocen los responsables de Patrimonio Nacional. El monumento, que quedó semioculto y deprimido en medio de un nudo de autovías, sufre un deterioro progresivo en su cubierta. Sin embargo, su situación marginal la ha puesto de moda. Varios profesionales se han ocupado de ella y han sugerido trasladarla a la calle de Bailén, a la glorieta de Cuatro Caminos o simplemente unos metros, a una cota más elevada. En otoño, cuando avancen las obras de ampliación de la carretera de La Coruña, se decidirá su futuro.
Desde que se terminó el nuevo nudo de Puerta de Hierro, hace dos años, el monumento que anunciaba la llegada a Madrid a los conductores que circulaban por la carretera de La Coruña se ha vuelto casi invislble. El diputado regional del Partido Popular y responsable de la restauración de la Puerta de Alcalá, Pío García Escudero, ha reiterado desde entonces sus quejas. "Bastaría con trasladarla al otro lado de la autovía, un lugar mucho más elevado, para que el monumento volviera a ocupar un lugar preponderante". García Escudero intentará en septiembre. que la Asamblea de Madrid se pronuncie sobre la situación del monumento.El olvido en el que ha caído la puerta -construida en 1753 con el muro del real sitio de El Pardo- ha llamado la atención a varios arquitectos. Miguel de Oriol, que ha propuesto una profunda y polémica transformación de la plaza de Oriente, señaló que en el proyecto de reforma del entorno del Palacio Real cabría la Puerta de Hierro como pórtico de entrada a la nueva calle de Bailén, una vez enterrado el tráfico en un paso inferior. El arquitecto pensó en este monumento porque, en su opinión, era mejor recurrir "a una puerta que hubiera perdido prestancia".
Ahí la puso Fernando VI
"¿Y por qué no ponerla en la glorieta de los Cuatro Caminos?". Así lo plantea un estudiante de la Escuela de Arquitectura en un trabajo de proyectos para el distrito de Chamberí. El futuro colegiado aborrecía el aspecto actual de la glorieta, atravesada por el paso elevado que une la calle de Raimundo Fernández Villaverde con la de la Reina Victoria. Como Oriol, el estudiante de Arquitectura pensó en un monumento olvidado para reemplazar al odioso paso.Por su parte, Patrimonio Nacional se reserva su postura. "En principio, los monumentos no deben moverse demasiado", comenta Juan Hernández, responsable de la Puerta de Hierro en el organismo. "La puerta es una referencia territorial que está ubicada en el mismo lugar donde la dejó Fernando VI. Cuando se hizo el nudo de autovías, se optó por dejarla ahí a la espera de nuevas reformas", explica.
Esas reformas están a punto de llegar de la mano de la ampliación que experimentará la carretera de La Coruña. "El próximo otoño será el momento adecuado para estudiar el futuro de la puerta, junto con el Ministerio de Obras Públicas; hasta entonces no habrá ninguna decisión asegura Hernández.
Mientras, la puerta está pidiendo a gritos una restauración, según García Escudero. "Es perceptible a simple vista el deterioro del monumento. Ya le faltan varias planchas de plomo de la cubierta, donde ha crecido vegetación". El diputado considera que una simple restauración bastaría p ara devolver su prestancia al monumento, "ya que no parece que haya daños en la estructura".
Juan Hernández reconoce los problemas que están alectando a la histórica construcción: "Están creciendo algunas matas en las juntas a pesar de que se trató la puerta con herbicida. También es cierto que están levantadas algunas planchas de la cubierta a causa de un temporal de viento. Vamos a realizar las reparaciones en el momento oportuno porque hay otras obras más urgentes".
Según Patrimonio Nacional, la reparación no se ha podido acometer antes a causa de los numerosos actos que ha tenido que organizar el organismo en el Palacio Real. "No obstante, cambiar las planchas de plomo de la cubierta es una labor monstruosa, y el monumento no tiene fácil acceso porque está rodeado de un tráfico intenso. Es una isla rodeada de tiburones", concluye Hernández.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.