Yeltsin promete a todos los rusos cheques para comprar acciones

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, prometió ayer comenzar en los próximos meses la privatización masiva y entregar a cada ciudadano ruso cheques para comprar acciones de las empresas a privatizar. En su discurso consagrado al primer aniversario del fracaso del golpe de Estado, Yeltsin calificó la paz social como lo más valioso que tiene actualmente Rusia."Un año atrás, miles de personas vinieron a la Casa Blanca de Rusia para defender su derecho a la libertad y la democracia", dijo al comenzar su mensaje, difundido anoche por la televisión rusa.

Yeltsin lamentó que actualmente se hicieran "intentos de desvirtuar hasta lo irreconocible todo lo que sucedió, de borrarlo de la memoria popular", pero dijo estar seguro de que esos intentos fracasarán. "El año trascurrido ha sido extremadamente difícil", constató el líder ruso, puntualizando que el mes más duro fue enero, cuando el Gobierno liberalizó los precios de casi todas las mercancías. La situación era crítica: "Si el pueblo rechazaba esta medida, toda reforma en Rusia hubiera sido imposible", dijo Yeltsin.

Un gran futuro

"En enero, cuando pudimos sobrevivir al terrible golpe que constituyó la liberación de los precios, quedó claro que Rusia no sólo tenía un gran pasado, sino que también un gran futuro", señaló.En el año transcurrido, subrayó Yeltsin, "se acabó la ilimitada dictadura del PCUS, que se prolongó durante siete largas décadas". La mayoría de la gente, a pesar de las dificultades, comprende que no se debe volver atrás, pues "Rusia, no soportaría otra era comunista", dijo.

El presidente ruso anunció que a partir del 1 de octubre se comenzarán a repartir los cheques de privatización, con los cuales la gente podrá comprar acciones de las ex propie,dades del Estado. Cada ciudadano recibirá un cheque por 10.000 rublos (unas 6.000 pesetas), suma que resulta de dividir el precio de las empresas a privatizar en 1993 (4,4 billones de rublos) por el número de habitantes.

En el último medio año, Rusia aprendió las bases de la economía de mercado: "Nos metimos en el agua sin saber nadar, pero no nos ahogamos" y "a pesar de los errores, cada semana, cada día, avanzamos hacia la estabilización que tanta falta nos hace".

El optimismo mostrado por el líder ruso contrastó con las declaraciones del vicepresidente, Alexandr Rutskói, quien dijo que el año transcurrido había sido "un año de oportunidades desperdiciadas" y en una entrevista publicada ayer criticó la reforma y abogó por el estado de excepción en la economía.