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AMENAZAS Y VOTOS

El Pentágono sigue adelante con sus planes militares

Antonio Caño

Pese a que la misión de inspectores de la ONU concluyó ayer su trabajo en Bagdad con éxito y, aparentemente, sin dificultades por parte de las autoridades iraquíes, el Pentágono norteamericano sigue adelante con sus planes militares en aquel país, y el presidente George Bush mantiene un tono amenazador frente a Bagdad. Las últimas informaciones aseguran que si no funciona la excusa de la obstaculización al trabajo de la ONU, Washington y sus aliados pueden aducir la necesidad de actuar en respaldo de la minoría shií del sur del país.Fuentes del Pentágono confirmaron que han sido enviadas al Golfo unidades de las fuerzas especiales del Ejército norteamericano ante la eventualidad de tener que intervenir en auxilio de algún piloto derribado durante una potencial incursión sobre territorio iraquí.

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Ya se encuentran en aquellas aguas el portaaviones Independence y una flota de apoyo. Se ha confirmado asimismo que el teniente general Michael Nelson, ,que manda las fuerzas estadounidenses en el Golfo, se encuentra en Arabia Saudí, donde fue instalado también el cuartel general de las tropas de la coalición internacional durante la Operación Tormenta del Desierto.

Plan desinflado

El plan norteamericano, que pretendía coincidir con la apertura ayer en Houston de la convención republicana con objeto de contribuir a incrementar la popularidad del presidente George Bush, parece haberse desinflado desde que la comisión de expertos de la ONU que trabaja en Bagdad informó que ha podido cumplir con todos los objetivos de su misión sin obstáculo alguno.

El diario The New York Times informó ayer que la Administración norteamericana ha consultado a sus aliados sobre la posibilidad de una acción militar en apoyo de la comunidad shií Estados Unidos estaría legalmente respaldado para una operación de ese tipo por la resolución 688 de la ONU, que prohíbe al Gobierno iraquí hacer uso de su fuerza militar para atacar a las minorías nacionales. El portavoz del DepartaLmento de Estado, Richard Boucher, acusó anoche a Bagdad de haber "almacenado uan cantidad importante" de aviones y helicópteros en el sur del país.

El presidente Bush, que ayer llegó a Houston, donde permanecerá hasta su importante discurso del jueves de aceptación de la candidatura republicana, ha dejado las puertas abiertas a una próxima intervención militar, pero ha negado que eso tenga nada que ver con la campana electoral estadounidense.

En una entrevista difundida ayer por la cadena de televisión CNN, Bush afirmó que su país tiene preparadas "firmes respuestas" al Gobierno de Sadam Husein por si fuera necesario."Hemos dejado claro que, según las resoluciones de las Naciones Unidas, tenemos el derecho de utilizar la fuerza si hace falta", añadió el presidente, quien afirmó sentirse "profundamente ofendido" por las informaciones de The New York Times, que le acusó la víspera de actuar en fun ción de preocupaciones de política interior.

En una intervención en Indianapolis, camino de Houston, Bush advirtió que desde ahora hasta las elecciones del 3 de noviembre se le acusará de oportunismo político y de querer aprovechar su cargo con interés partidista, lo que no le impedirá, dijo, "cumplir con las obligaciones de presidente y de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas".

Pese a todos los desmentidos, es evidente que a Bush le gustaría presentarles a su convención y al país la cabeza de Sadarri Husein como prueba de que ha sido capaz de concluir con la que ha sido su principal gesta durante cuatro años de gobierno.

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