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INMOBILIARIA PARA POBRES

Comprar una chabola cuesta 80.000 pesetas

Francisco Peregil

La chabola que iban a construirle al periodista estaba destinada a una sola persona; por tanto, mediría unos cuatro metros cuadrados y se emplazaría donde eligiera el comprador. Habría sido construida hace dos semanas si no se hubiesen incendiado en el mismo poblado unas 20 chozas en la madrugada del pasado domingo 2 de agosto.La entrada para adquirir la chabola costó 40.000 pesetas. Enrique, el hombre a cargo del poblado, decía que esas 40.000 pesetas se las tenía que entregar en su totalidad a los gitanos que vivían al lado del campamento marroquí para que buscaran las maderas. Los gitanos, que fueron realojados en la Quinta del Pardo esta semana, se encargarían de proporcionar las 40 puertas necesarias. "Después yo cojo unas vigas que hay en una obra cerca de aquí y te la instalo en dos horas. El techo, si queremos hacerlo bien, habrá que montarlo con una tela verde de esas que llevan algunos carniones". Una vez levantada la casa, sería preciso abonar las otras 40.000 pesetas.

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Con ese sistema, pero pagando en ocasiones precios más elevados -Enrique ha llegado a cobrar hasta 180.000 pesetas-, en función del tamaño, se han levantado en Peña Grande el 40% de las 191 chabolas que había censadas aquí antes del incendio. El 7% de los marroquíes reconoció en un estudio que el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada efectuó el pasado mayo que habían estado pagando el alquiler por su chabola y la luz aparte. En este caso, Enrique aseguró que la luz saldría totalmente gratis. Todos los chozas del poblado tienen enganches a postes eléctricos.

La posibilidad de que una vez construida la destruyera la policía parecía improbable. "Si no nos colocan [detienen] mientras la hacemos, no pasa nada".

Si el recién llegado prefiere construir por sí solo, tendrá que pagar un tributo de 50.000 pesetas a Enrique. Es raro que entre 191 familias no haya alguna que se niegue a pagar el impuesto. En Peña Grande lo hubo. "Me dijo que su chabola se la hacía él", contaba Enrique, "sin ayuda de nadie y que no pensaba pagarme nada. Yo le dije: 'Vale, pero, al levantártela, la policía me va a echar la culpa a mí, porque saben que soy yo el que las hace. Así que me tienes que dar 50.000 pesetas por correr ese riesgo'. Me pegó una pedrada en la frente, y cuando me vi la sangre, vine aquí a mi chabola, cogí una recortada y le pegué seis tiros a su chabola. Menos mal que no estaban allí. De eso me alegro. Pero me denunciaron y pasé tres días en comisaría. Ellos han estado lejos del poblado unos meses, hasta que un día su mujer vino a pedirnos perdón y a pagarnos lo que nos debían".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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