Sadam Husein rehuye el enfrentamiento verbal con Washington en el aniversario de su guerra con Irán
El presidente de Irak, Sadam Husein, dijo ayer en un discurso difundido por la televisión que "la madre de todas las batallas" fue la continuación de la guerra irano-iraquí que duró ocho años. En esta intervención, efectuada con ocasión del cuarto aniversario de lo que considera como triunfo de Irak sobre Irán, Husemí evitó toda alusión al enfrentamiento entre su país y EE UU por su incumplimiento de los acuerdos de la ONU que sellaron el fin de la guerra del Golfo. Este hecho, que coincide con la Hegada a Bagdad de una nueva misión de la ONU para el control del cumplimiento de dichos acuerdos, ha sido interpretado por los observadores como un intento por su parte de rebajar la tensión con Washington.
"La madre de todas las batallas liberó a la humanidad del complejo de temor y debilidad", dijo ayer el presidente iraquí en referencia a la guerra entre Irak y las fuerzas multinacionales que, encabezadas por EE UU, intervinieron en 1991 para hacer frente a la invasión iraquí del emirato de Kuwait. Para Husein, este conflicto fue la "segunda Al Qadisia", referencia a una guerra del siglo VII en la que los musulmanes, liderados por Sad Ben Abi Waqas, vencieron al Ejército persa.El presidente iraquí subrayó también que las circunstancias actuales de la nación árabe impiden que los pueblos árabes ayuden a Irak en su enfrentamiento con Occidente. "En otras circunstancias, el territprio de Irak se convertiría en un campo de batalla en el que participaría cada ciudadano árabe honrado", dijo el presidente iraquí al aludir a la división en el mundo árabe que siguió a la invasión iraquí de Kuwait en 1990.
Husein evitó referirse al enfrentamiento entre su país y EE UU respecto al cumplimiento de las resoluciones de la ONU relacionadas con la guerra del Golfo, en un intento, al parecer, de disminuir la tensión en las relaciones con Washington tras la crisis de las últimas semanas.
"El presidente de Irak no quiere más enfrentamiento con EE UU ni con Occidente, ya que Sadam Husein tiene muchos problemas internos", dijo ayer un observador político en El Cairo.
El discurso de Husein coincide con la estancia en Bagdad de un nuevo grupo de inspectores de la ONU que intentará, a partir de hoy, proseguir su labor de control de la destrucción de los arsenales de armas iraquíes, tal como establecen las resoluciones de la organización internacional.
El pasado jueves, el ministro de Información iraquí dijo que su país no permitiría a los miembros de la nueva misión inspeccionar los edificios gubernamentales. Estas declaraciones suscitaron la reacción del presidente norteamericano, George Bush, quien dijo que Irak debe cumplir todas las resoluciones de la ONU.
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