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La prensa sensacionalista británicaacusa de hipócrita a David Mellor

Los diarios sensacionalistas británicos han encontrado un filón inesperado en el romance secreto del ministro británico David Mellor con la actriz de origen español Antonia de Sancha. Mellor, que había dado la "última oportunidad" a los editores antes de establecer restricciones informativas, se ha visto cazado y acusado de hipocresía por los periodistas. Durante la semana pasada, diversos sectores políticos han señalado que Mellor no es el hombre más apropiado para la cartera del Ministerio del Patrimonio Nacional, pero la opinión pública no ha reaccionado igual.

"Tengo que creer", dijo el ministro David Mellor en 1989, "que la prensa británica está bebiendo en el salón de la última oportunidad". Este fin de semana, Mellor luchaba para sobrevivir a la artillería pesada de los tabloides británicos que informaron sobre su romance secreto con la actriz de origen español Antonia de Sancha, noticia que hizo temblar tanto a él como al Gobierno.El asunto en sí mismo ha dado paso a una más amplia y todavía candente discusión sobre la intromisión en la vida privada de los medios de comunicación. Mellor, ministro del Patrimonio Nacional, responsable de decidir sobre nuevos límites a la prensa, se ha encontrado de repente a- sí mismo como un ejemplo típico de esa intrusión.

Los periódicos de ayer domingo tomaron como pretexto este motivo para respaldar sus propios argumentos, de defensa contra la legislación sobre privacidad que ha de discutirse en un informe, encargado por el Gobierno británico, que Mellor tiene que recibir a finales de este año.

"Los políticos están en retirada con respecto a sus planes para controlar a la prensa con las denominadas leyes de privacidad y se arriesgan a verse afectados por su propio comportamiento", decía el Sunday Times en un editorial.

"El asunto de David Mellor ilustra con brutal claridad que cuando los políticos hablan de privacidad no lo hacen por proteger las vidas de los ciudadanos de a pie sino las suyas propias". Según The News of the World, el asunto Mellor "ha puesto fin a una ley de privacidad que quería amordazar a la prensa y que habría hecho las delicias de los notables y poderosos, privando al resto de los mortales del derecho a estar informados".El romance de Mellor, de 43 años, con la actriz de origen español Antonia de Sancha, ha irrumpido en las primeras páginas de los periódicos después de que las transcripciones de sus conversaciones telefónicas aparecieran hace una semana. El periódico The People, que descubrió la historia, le atribuía una conversación en la que Mellor decía que querría morirse si el romance terminara. The People ya tenía unas fotografías en las que se podía ver a Mellor llegando al apartamento de la actriz española.Límites de la prensa

Varios periódicos han argumentado que aunque Mellor no se sienta obligado a dimitir por el escándalo está excesivamente implicado en el tema como para evaluar los -posibles límites a la prensa. Los editores de periódicos no han negado que la explotación del romance secreto de Mellor iba destinada a combatir las amenazas de esa legislación, originada por las recientes y detalladas revelaciones sobre las vidas privadas de miembros de la familia real británica. Kelvin McKenzie, editor de The Sun, diario sensacionalista británico de gran difusión, trazaba una panorámica de la prensa popular como perseguidora de la hipocresía de los políticos: "La privacidad es un pretexto. Si no quiere usted aparecer en los periódicos no se quite los pantalones", dijo.

Los políticos respondieron, que las acusaciones de hipocresía hechas por los periódicos que publican fotografías eróticas de modelos semidesnudas junto a reportajes sobre violaciones podrían utilizarse también contra los editores. Con el sólido respaldo de su íntimo amigo el primer ministro John Major, Mellor pasó el fin de semana tratando de reconstruir su imagen de respetable hombre de familia organizando sesiones fotográficas con su mujer y sus dos hijos. Hace dos años, el comité Calcutt publicó un informe en el que se proponía que se considerase como delictiva la entrada en domicilios personales sin el consentimiento de su ocupante con la intención de obtener información destinada a ser publicada.Escuchas telefónicas

La colocación de micrófonos o realización de escuchas telefónícas y la grabación de conversaciones privadas también deberían ser consideradas como delito, según el informe publicado hace dos años. Los diputados conservadores parecen dispuestos ahora a apoyar este tipo de medidas. El dominical The Sunday Telegraph publicaba una encuesta realizada por Gallup en la que dos de cada tres británicos consideran que Mellor debería permanecer.

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