_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ajuste

Juan José Millás

Lo malo de lo que está pasando en el 92 es que le empecemos a coger miedo al 97. Cinco años de miedo después de un ajuste de cuentas pueden resultar insoportables. Y no es sólo que el entorno internacional sea recesivo, como afirma Solchaga con el bisturí en la mano y el paciente de corpore insepulto, sino que somos algo manirrotos y gastamos mucho en cosas que. luego no usamos. Ahora, por ejemplo, dicen los fiscales que la ley Corcuera, con el trabajo que nos costó sacarla adelante, no se usa porque plantea muchos problemas. Con esta ley pasa lo que con los microondas: que compramos los más caros y luego apenas se utilizan para calentar el vaso de leche. Y con las freidoras sucede lo mismo, que al final acaban en el maletero porque no hay nada como la sartén. Y es que nos fascinan los botones y los dígitos, pero cuando salimos de la tienda vemos que para usar ese vídeo, esa lavadora o esa ley Corcuera hay que hacer un doctorado. A los vídeos caros y a la ley Corcuera les das al botón que no es y te joroban toda la instalación.Las casas de este país están llenas de objetos que apenas se han usado una o dos veces antes de ir a parar al maletero. ¿Quién no tiene un exprimelimones absurdo, un pelapatatas incomprensible o un robot que igual servía para hacer arroz con leche que carne a la brasa? Estas cosas se cogen al principio con mucha ilusión, como la bicicleta estática, pero luego no sabe uno dónde meterlas. Es lo que está pasando con la Expo, con el AVE y con el Madrid Cultural este: que nos deslumbraron porque tenían pantallas digitales con botoncitos de colores, y ahora resulta que se usan mucho menos de lo previsto, como la ley Corcuera o la licuadora. Así, por mucho que se empeñen González y Solchaga, no alcanzamos los niveles de bienestar comunitarios ni en el 2000.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_