¿Cuáles son las prioridades?
Que conste, entre los derechos civiles que pierden los ciudadanos al ser detenidos no figura el de comer, aunque sea un simple bocadillo, cuando la urgencia fisiológica del hambre coincide con las horas de las comidas. Pero los responsables de los centros de detención no siempre lo consideran así.Como abogada, en turno de oficio, he atendido en el puesto de la Guardia Civil en Ciutat Badia, Barcelona, a un ciudadano que, pese a su condición de detenido, tenía la necesidad y el derecho, supongo, de comer algo para cenar. Además, entre otros detalles quizá irrelevantes, no había comido en todo el día y, en su situación de detenido, enfrentaba una tensión considerable.
Los agentes de guardia en el puesto se negaron, sin embargo, a ofrecerle tan sólo un bocadillo. Adujeron, como única razón, la falta de presupuesto para la comida de los detenidos. Y como, sea que el detenido en cuestión carecía en aquel momento del dinero suficiente para costeárselo, debía pasar sin comer.
Mientras se dispone de fondos para la conveniente informatización de las comisarías de policía y los puestos de la Guardia Civil, y para tantos otros gastos contemplados en los Presupuestos Generales del Estado, no se cuenta con las pocas pesetas que bastan para comprar unos bocadillos y atemperar el hambre de unas personas. ¿Cuáles son las prioridades?