Siembra estéril

En Puertollano (Ciudad Real) no hay puerto de mar pero a Delfina López, casada con un trabajador de FESA-Enfersa, le gustaría que instalaran el yate de Javier de la Rosa, ex responsable de KIO en España, en la plaza del Ayuntamiento. "Ya vería como se lo íbamos a arreglar", comenta. La fábrica de fertilizantes de Puertollano (350 trabajadores), dejó de producir amoniaco el 27 de mayo, y el 18 de junio le tocó el turno al nitrato. Obreros y técnicos alertan del desabastecimiento del mercado nacional de fertilizantes, mientras achacan a una mala gestión la situación del grupo. "Ha sido totalmente nefasta", dicen. La administración tampoco se libra de las críticas. "Quien apostó por KIO en la reconversión tiene la responsabilidad política de salvar el tema".

La campaña de siembra está a la vuelta de la esquina, y las factorías de FESA-Enfersa están paradas. Hace pocos años, esta fabricante de abonos copaba casi el 100% del mercado nacional que consume algo más de cinco toneladas de fertilizantes. Hoy, su cuota ha bajado hasta un 60%; pero aún así, si siguen sin producir, el mercado nacional va a tener que surtirse casi por completo de productos importados. "No hay garantizado suministro lo que provocará que aumenten las importaciones y subirán los precios", señala José Ramón Sánchez, de la federación de químicas de CC OO. De la misma opinión es Manuel Llerena, de UGT, quien añade que "cuando una compañía sabe que el mercado de un país está desabastecido, impone los precios que quiere".Puertollano, con 53.000 habitantes, cuenta con un complejo industrial donde, además de FESA-Enfersa, están Repsol Petróleo, Sevillana de Electricidad y Repsol Química; además de las múltiples contratas que auxilian a la gran industria. "Cada puesto fijo de FESA-Enfersa mantiene cinco empleos", señala un sindicalista de la comarca en la que unas 2.000 familias dependen de la empresa de fertilizantes. FESA-Enfersa además, debe 500 millones a pequeños empresarios de la zona, que están con el agua al cuello. "El pasado miércoles, una empresa del metal con 17 empleados, empezó a rescindir contratos porque le deben 30 millones" explica Jesús Camacho, de la unión comarcal de Comisiones.

De cierre en cierre

Aureliano Guerrero y Enrique Ortiz, con 17 y 20 años de antigüedad en la compañía respectivamente, no salen de una y ya entran en otra. Ambos trabajaban en la factoría que FESA-Enfersa tenía en Castellón, y que la dirección de la compañía decidió cerrar el año pasado. Ahora, a los pocos meses de trasladarse a Puertollano la empresa anuncia suspensión de pagos.La única ocupación de los obreros es mantener las instalaciones a punto para poder empezar a funcionar -un minuto después de que se. dé la orden. Los técnicos de Fesa-Enfersa reconocen que la industria de fertilizantes en España tiene factores en su contra "pero también tiene resortes que pueden hacer la empresa como mínimo rentable", explica uno de los técnicos. Aseguran que esta fábrica tiene un gran potencial en cogeneración (producción simultánea de vapor y energía eléctrica).

"Los primeros números indican que esta alternativa puede ser tremendamente atractiva para las fábricas de Cartagena, Puertollano y Huelva", añaden estos especialistas. Pero para que esto sea así "y conseguir una rentabilidad del 40% a 10 años", es necesario una inversión en Puertollano de 1.500 millones y que las plantas estén funcionando 8.000 horas al año. Este proyecto, aseguran, se presentó a la dirección de la compañía en Fluertollano y en Madrid hace más de un año, y "en los dos sitios nos dijeron que es muy interesante, pero que no hay dinero".

El origen de Repsol y de Fesa-Enfersa es el mismo: la Empresa Nacional Calvo Sotelo, que nació en la década de los años cuarenta. Con el tiempo nacería Repsol, mientras que la división de fertilizantes se separó del grupo y más tarde se vendió a Ercros. En junio los jubilados de FESA-Enfersa no han cobrado el complemento de la pensión que paga la empresa y que supone el 40% de sus sueldos.

FESA-Enfersa está en el polígono industrial de Puertollano y sus trabajadores han encontrado la solidaridad de sus compañeros en otras firmas. El pasado jueves en Repsol y Sevillana hubo paros de cinco minutos por turno.