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Perot anuncia su retirada de la contienda electoral

Antonio Caño

Cuatro días de convención demócrata en Nueva York fueron suficientes para poner fin al fenómeno Ross Perot, que ayer anunció su retirada de la carrera electoral desalentado por el fulminante crecimiento de las aspiraciones electorales de Bill Clinton. Tan sorprendentemente como entró en la política, hace tan sólo tres meses, para revolucionar el esquema de poder norteamericano, el multimillonario tejano decide volver ahora a sus negocios.

En una conferencia de prensa celebrada a mediodía de ayer en su ciudad de Dallas, Ross Perot dijo que su decisión de no presentarse oficialmente como candidato presidencial está motivada por su deseo de no entorpecer el proceso electoral y evitar que sea la Cámara de Representantes la que tenga que designar al próximo jefe del Estado."Ahora que el Partido Demócrata se ha revitalizado", dijo Perot, "he llegado a la conclusión de que no podremos ganar en noviembre y que tendrá que ser la Cámara de Representantes la que decidida. Para evitar eso he decidido no presentar mi candidatura".

Perot no quiso expresar su apoyo a ninguno de los dos candidatos que siguen en liza. A pesar de ello, el republicano George Bush y el demócrata Bill Clinton se apresuraron a reclamar -el apoyo de los partidarios del tejano. El presidente Bush, que se encuentra pescando y preparando su campaña electoral. con el secretario de Estado, James Baker, en Wyoming, fue informado inmediatamente de la noticia por su jefe de Gabinete, Samuel Skinner. Bush felicitó por teléfono a Perot por la forma en que había llevado su campaña. "Le he dicho que entendía muy bien lo dificil que tiene que haberle resultado tomar esa decisión", afirmó. "Obviamente, me encantaría contar con su apoyo y el de todos aquellos que han trabajado por el". Momentos antes, el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Ftizwater, aseguraba que el Partido Republicano era "la casa natural a la que debían ir a parar los seguidores de Perot".

En el cuartel general demócrata en la convención de Nueva York, se interpretó la retirada de Perot como una prueba de la fuerza alcanzada por la candidatura de Bill Clinton y Al Gore. Clinton no se quedó atrás y, a través de su portavoz, George Stephanopoulous, pidió a los seguidores que Perot que "respalden su programa de cambio".

Votos imprevisibles

Aunque Perot mantuvo en las últimas semanas un fuerte pugna con los republicanos, es difícil calcular a donde pueden ir a parar el 30% de los votos que se atribuían a Perot. Las encuestas daban hasta ahora mayores posibilidades a Clinton en una competencia sólo contra Bush qué en una carrera a tres.

Un primer golpe mortal á la carrera de Perot lo había dado Ed Rollins, uno de sus principales asesores, que abandonó el miércoles la campaña del multimillonario tejano, frustrado por la imposibilidad de manejar la imagen de un personaje que se negaba a plegarse a la reglas habituales de la política.

La baja de Rollins, que se sumó al equipo de Perot hace apenas un mes, había coincidido con una caída espectacular del famoso empresario en las encuestas. En menos de 15 días, Perot había bajado del 34% de intención de voto al 20% que refleja un sondeo publicado ayer por el diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC.

Rollins explicó que decidió separarse de la campaña de Perot por discrepancias con su jefe sobre la forma de orientar sus discursos. Otras fuentes aseguran que Perot le había negado a Rollins, que se hizo famoso por su conducción de una de las campañas electorales de Ronald Reagan, el dinero para la compra de espacios publicitarios en la televisión.

Los primeros rumores sobre las discrepancias entre Perot y Rollins surgieron después de que el aspirante presidencial pegase un patinazo monumental al utilizar el pasado domingo expresiones racistas al dirigirse al congreso de una organización negra.

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