Campaña para erradicar el mosquito de leishmaniasis
La Dirección General de Prevención y Promoción de la Salud de la Comunidad Autónoma de Madrid ha puesto en marcha una campaña de erradicación de la leishmaniasis canina y humana. Esta institución, en colaboración con el departamento de entomología de la Universidad de Murcia, está realizando un estudio para localizar las zonas de la comunidad donde aparecen con más frecuencia los mosquitos que transmiten la enfermedad.Posteriormente se investigará su ciclo reproductor para intentar erradicarlos o, al menos, controlar su propagación a otras zonas. El mosquito flebotomo inocula el microorganismo causante de la enfermedad (la leishmania, un protozoo parásito) al perro. Este lo contagia al hombre por contacto directo con la piel o la saliva del animal.
La leishmaniasis produce en los perros un crecimiento anormalmente rápido de las uñas, úlceras en la piel y sangre en las fosas nasales. Se recomienda a los propietarios que mantengan limpio y desparasitado a su perro, y sobre todo eviten que se acerque a los vertederos de basuras, donde es corriente que habiten los mosquitos transmisores de la enfermedad. Por ello, son los perros abandonados y vagabundos que buscan alimento en estos lugares los que corren más riesgo de contraer esta dolencia.
En los humanos, la leishmaniasis puede tomar dos formas, visceral o cutánea, sin que se conozca la razón por la que se da una u otra. La variante cutánea produce úlceras, muchas veces no dolorosas, y es una enfermedad banal. Pero en su forma visceral -mucho menos frecuente en España- es una afección crónica que excepcionalmente puede llegar a ser mortal en personas bajas de defensas. Los síntomas más usuales son fiebres altas y aumento del tamaño del hígado.
En la Comunidad de Madrid se han registrado 200 casos de leishmaniasis humana desde 1983, de los que sólo uno al año corresponde a la variedad visceral. En 1989 hubo un brote de la enfermedad en un instituto de formación profesional de Alberique (Valencia) y dos estudiantes de 17 años murieron a consecuencia de esta inusual afección. El mismo año, hubo un brote de este mal en el este de Madrid, y fueron sacrificados varios perros afectados por el parásito.
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