El régimen cubano intenta adaptarse a un mundo sin comunismo

El Parlamento cubano se reúne hoy en La Habana para reformar la Constitución socialista vigente en la isla desde 1976. El proyecto de reforma considera aspectos como la introducción del "estado de emergencia" y el abandono del ateísmo estatal, y modifica la forma de elección de los diputados. Se inicia así un proceso que debe culminar en 1993 con la celebración de elecciones directas a la Asamblea Nacional. Pese a que los cambios sugeridos pretenden adaptar el país a la nueva realidad mundial, las autoridades han advertido que Cuba seguirá siendo comunista, aunque se quede sola.

Los 494 diputados que componen hoy la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba pretenden modificar, suprimir o incluir 34 artículos de los 141 que posee la actual Carta Magna.

Asimismo, quieren "actualizar" otros 42 artículos, pero sin hacer una sola concesión en los puntos básicos: el carácter socialista del Estado y el papel dirigente del Partido Comunista.

El proyecto de reforma constitucional -que parte de estos dos principios considerados sagrados- elimina del preámbulo toda referencia a la antigua Unión Soviética y al campo socialista y define la República de Cuba como un Estado laico, en un tímido intento de apertura cuyo máximo exponente es el reconocimiento de la propiedad y la garantía de las empresas y asociaciones mixtas que empresarios extranjeros realizan en la isla.

"Sugerencias" del partido

En esta misma línea, el proyecto de reforma, que fue elaborado constituida a raíz de las "sugerencias" del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, introduce cambios en la forma de elección de los diputados a las asambleas provinciales y a la Asamblea Nacional.Si se aprueban las modificaciones propuestas, los diputados a estas asambleas serán elegidos en adelante mediante el voto directo y secreto de la población. Antes, eran elegidos de forma indirecta por los diputados municipales, los únicos que se sometían al voto popular.

Pese a este avance, el presidente del Parlamento cubano, Juan Escalona, señalaba recientemente que el cargo de presidente de la República, que ocupa Fidel Castro, no se someterá a votación popular y continuará siendo elegido por los diputados nacionales.

Escalona dijo también que la aceptación de los nuevos mecanismos electorales abrirá un proceso, cuyos pasos inmediatos son la redacción de una nueva ley electoral en octubre y la celebración de elecciones directas a principios de año.

Otro de los temas que más ha llamado la atención de los analistas extranjeros es la inclusión de un título referente al estado de emergencia, antes ausente de la Constitución. Se declararía sólo en una situación de guerra, catástrofe, o en momentos de "gran peligro interno".