La Embajada dice que los polacos muertos tenían residencia legal
Los nueve polacos que fallecieron el martes en el incendio de su vivienda en Móstoles (Madrid) residían legalmente en España, según confirmó ayer la Embajada de Polonia a la vista de la documentación de que dispone. La representación diplomática desconoce aún si los nueve cadáveres serán repatriados a su país, ya que esta decisión depende de lo que deseen los familiares de las víctimas, que están siendo localizados urgentemente.Jacek Medrzyckí, agregado de prensa de la Embajada polaca, manifestó ayer que todavía se carece de datos para identificar a uno de los cadáveres, del que sólo se sabe que corresponde a un varón. Las otras ocho víctimas polacas han sido identificadas provisionalmente como Marek David, de 31 años; Marek Rudnicki, de 36; Pierre Andrés Bieniei, de dos años; Marta Bieniei, de 33; Sewerin Zulower, de 44; Krisztof Chmiegewski, de 19; Zenek Karezmarczik, de 34, y Wictold Koezimski, de 22, según fuentes del Ayuntamiento de Móstoles.
Los tres españoles que perecieron en el siniestro son María del Pilar García Fernández, de 28 años, y sus hijos Tomás y Daniel Hag García, de un año y dos meses, respectivamente, los tres de etnia gitana.
Según la Embajada, los polacos muertos llevaban más de dos años residiendo legalmente en España y los hombres trabajaban como albañiles. Todos eran naturales de varias provincias situadas al sur de su país. Las fuentes diplomáticas consultadas no han podido precisar si dichas personas llegaron a España impulsadas por motivos políticos o económicos.
Inquietud
En España residen legalmente unos 5.000 ciudadanos polacos, sin que la Embajada se atreva a aventurar cuántos lo hacen de forma ilegal. "La ola de emigración masiva que se produjo a España en los años 80 ha terminado. Este país ha dejado de ser un destino para los polacos", afirma Jacek Medrzycki.
Hasta la tarde de ayer no había llegado a Madrid ningún familiar de las víctimas, según la Embajada, que desconoce si estas personas se desplazarán en breve a Madrid para proceder a la repatriación de los cadáveres. "Los familiares deben entrar en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores polaco y, si así lo desean, desde la delegación diplomática les daremos todo nuestro apoyo para facilitarles los trámites burocráticos", dijo Medrzycki.
A falta de datos definitivos sobre las víctimas, las cautelas de la Embajada hacen que esté recibiendo desde el martes inmumerables llamadas de compatriotas, inquietos por conocer si entre los muertos hay algún pariente suyo.
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