Los bosnios pretenden que concluya hoy la primera fase de la pacificación de Sarajevo

El alto mando militar bosnio confía en la capacidad de las fuerzas de protección de las Naciones Unidas (Unprofor) para finalizar el proceso de desmilitarización de las fuerzas serbias que asedian la ciudad. La primera fase debe concluir con la retirada de toda la artillería y armamento antiaéreo de las colinas circundantes y su concentración en siete puntos específicos controlados por la ONU. En estos términos se expresa el jefe del Estado Mayor, coronel Stjepan Siber, quien sostiene que dicha fase debería quedar preparada a última hora de hoy.

El jefe de las Unprofor, general Louis Mackenzie, puntualiza, por su parte, que no existe una fecha límite. "La desmilitarización ya se planteó hace una semana", dice y destaca que en los últimos días las fuerzas serbias han procedido a una retirada significativa de sus efectivos militares. "Los hombres de Unprofor", explica el general canadiense, "realizan constantes patrullas sobre el terreno, en las colinas, para supervisar las operaciones". "Hemos recibido garantías de las fuerzas de la ONU", dice por su parte el coronel Siber. "No tenemos otra opción que creerles, ya que aquí son los representantes de la Comunidad Internacional".Son las opiniones de dos jefes militares que participan directamente en las negociaciones con los responsables de la parte serbia. Su moderado optimismo contrasta no sólo con el desasosiego de los habitantes de Sarajevo, sino con la realidad del intenso fuego de artillería al que fue sometida anoche la ciudad asediada. Durante más de una hora, las fuerzas serbias que cercan Sarajevo dispararon una lluvia de proyectiles alrededor de la presidencia de Bosnia y del hotel Holiday Inn, donde están alojados los periodistas y los mandos de las tropas de la ONU. Esta ofensiva, sin embargo, parecía no tanto destinada a dañar directa mente el hotel, que no fue alcanzado, sino a impresionar a sus ocupantes.

En este contexto bélico, la máxima preocupación del general Mackenzie es garantizar la seguridad del aeropuerto, en el que siguen aterrizando a diario aviones con ayuda humanitaria para la población. Los jefes militares serbios son conscientes de que la repetida amenaza del uso de la fuerza por parte de varias potencias occidentales para garantizar un corredor humanitario puede llegar a hacerse efectiva. Pero saben también que el control del aeropuerto por la ONU no les impide seguir golpeando cualquier punto de Sarajevo.

El radio de acción del potencial serbio oscila desde los 30 kilómetros de los cañones de 203 milímetros a los 8 kilómetros de los morteros de 81 milímetros. En medio hay un verdadero arsenal de carros blindados, cañones antiaéreos y lanzadores múltiples de cohetes. La distancia entre el aeropuerto y el edificio de la presidencia bosnia, en pleno centro de la ciudad, es de ocho kilómetros. Enfrente, las fuerzas bosnias apenas poseen unas escasas piezas de artillería de 122 milímetros y algunos morteros. El resto de combatientes están armados con fusiles.

Armas escondidas

"Hace tres días los serbios comenzaron a retirar parte de la artillería que rodea Sarajevo, pero muchas de sus piezas están bien escondidas bajo tierra. Se llevan a cabo todo tipo de trampas para engañar a los supervisores de la ONU. Lo que se oye cada noche es la mejor prueba", señala el coronel Siber. El militar bosnio estima el impresionante dispositivo serbio alrededor de la capital en cinco o seis brigadas de artillería, con 1.200 hombres cada una y con 50 tipos de cañones y 600 piezas de artillería.

Según el plan de desmilitarización controlado por las Unprofor, la artillería serbia, esparcida en unos 200 o 300 puntos, debe quedar concentrada en siete zonas perfectamente definidas. En una segunda parte se procederá a abordar el problema de los centenares de francotiradores que actúan por Sarajevo.