La oposición pide consenso para afrontar la unión europea

La mayoría de los representantes de los grupos de la oposición reconocieron ayer, durante la comparecencia de Felipe González en el Congreso de los Diputados, que el último Consejo Europeo no había supuesto un revés para las tesis españolas sobre la solidaridad intracomunitaria, a pesar de que no se concretaron cifras que reflejen los compromisos adquiridos en la cumbre de Maastricht en diciembre. "No ha representado Lisboa un rotundo fracaso", afirmó el presidente del PP, José María Aznar, "sino que ha sido simplemente un paso más".Con la excepción de Aznar la oposición fue casi unánime en pedir a González que fomente el consenso para afrontar el reto europeo porque, resaltó Miquel Roca, de CiU, "estamos viviendo una segunda transición que requiere un clima importante de acuerdo"."Los costos de adaptación de nuestra economía [a la CE] van a ser más caros sin acuerdo que con acuerdo", añadió.

"La integración a Europa no se puede hacer", recalcó el portavoz de IU, Nicolás Sartorius, "desde el esfuerzo de un sólo Gobierno, aunque cuente con una holgada mayoría, enfrentado con el resto de las fuerzas sociales"."Es necesario un giro importante en esta materia", añadió antes de que Anasagasti pidiese al presidente del Gobierno "recabe nuevamente el consenso".

González eludió la responsabilidad dando a entender que "el Gobierno a veces cree que hace un enorme esfuerzo y que no encuentra suficiente eco". Reiteró su deseo de afrontar el reto europeo "con el mayor grado de acuerdo posible y de consenso" siempre y cuando no le hagan "renunciar a determinados objetivos que convienen a nuestro país para 1997".

Todos los portavoces de la oposición vaticinaron, sin embargo, que a España le espera en el seno de la CE un segundo semestre difícil "porque", dijo José Ramón Caso, del CDS, "la relación de fuerzas ha empeorado notablemente y encima la presidencia está en manos inglesas". Del Reino Unido "no hay que esperar", según Iñaki Anasagasti, del PNV, "ningún impulso decisivo en los temas que más nos afectan".

Sartorius y los nacionalistas vascos y catalanes expresaron también su frustración por la actitud de la CE con relación a Yugoslavia que, según Roca, "hace muelle daño a la idea de Europa" al resultar impotente para detener una guerra civil que se desarrolla a escasos kilómetros de sus fronteras comunes.

Para el presidente del Gobierno ese sentimiento de "frustración e impotencia", que reconoció compartir, proporciona "un espectáculo que durante mucho tiempo no se puede mantener". La Comunidad, recordó intentando explicar su relativa pasividad, carece aún de instrumentos para desarrollar su política exterior y de seguridad común y no tiene "una fuerza militar para respaldar sus decisiones".

González dio implícitamente la razón a las críticas de Sartorius contra Alemania que arrastró a principios del invierno a sus socios a reconocer precipitadamente a las repúblicas yugoslavas que proclamaban su independencia.