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El Gobierno de Rusia aprueba el mayor programa de privatización económica de toda su historia

El Gobierno de Rusia aprobó ayer la puesta en marcha de¡ mayor programa de privatización llevado a cabo jamás en la historia. Según el proyecto gubernamental, que debe ser aprobado ahora por el Parlamento, toda la pequeña empresa y la mitad de la mediana y gran empresa deben estar en manos privadas a finales de 1995. Esta decisión se tomó un día antes de la puesta en marcha de otro paso importante en la reforma rusa: el establecimiento de un solo cambio para el rublo. El primer valor de la moneda rusa en la nueva etapa será de 125,26 rublos por dólar, lo que supone de hecho una devaluación del 20% con respecto al valor de ayer y del 32% con relación al de principios- de la semana pasada.

El proyecto aprobado ha sido definido por el Gobierno ruso como la segunda fase de la reforma económica, iniciada en enero pasado con la liberalización de los precios. El primer ministro y máximo impulsor del cambio económico, Yegor Gaidar, explicó por televisión que la primera fase había trata do de resolver primordialmente los problemas macroeconómicos, especialmente la estabilización financiera, mientras que con la segunda se va a tratar de afrontar con mayor decisión los problemas de las empresas. "Se trata en esencia de crear las precondiciones para el crecimiento de la producción en Rusia", precisó Gaidar.El propio texto gubernamental prevé para este año que el descenso de la producción sea del 15% -que se sumará al 9% del año pasado-, que la bajada prosiga en 1993 a un ritmo menor (5%) y que sólo en 1994 podría empezar a experimentarse una recuperación. Para conseguirla el Gobierno ruso se propone seguir liberalizando la economía más centralizada jamás creada, lo que incluye el masivo programa de privatización.

El documento aprobado ayer prevé que para 1994 estén totalmente en manos privadas las empresas públicas dedicadas al comercio, los servicios al consumidor y la pequeña industria. Para esa fecha deberán estar divididas en acciones, y privatizadas el 30% de las medianas y grandes empresas, para alcanzar al año siguiente entre el 40% y el 50%.

Con ello se pretende, según la agencia oficial, "crear una masa crítica capaz de asegurar el cambio radical de la situación económica, estabilizar los precios y reforzar la disciplina financiera". El desempleo, paralelamente, irá en aumento hasta 1994. La agencia no cita las previsiones en este aspecto, pero diferentes estudios sitúan el futuro número de parados por encima de los 10 millones.

El Gobierno ruso pretende reducir la inflación al 3% mensual a partir del próximo enero a pesar de que para 1992 la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI) es que sea del 1000%.

Dentro de las medidas concretas contenidas en el programa, la agencia Interfax informó ayer de la próxima liberalización del precio del carbón, lo que supone una cierta concesión al FMI, que presiona para que la medida alcance a todos los productos energéticos. Los precios del gas, el petróleo y sus derivados se mantendrá de momento controlado, aunque este año volverán a aumentar. Otra medida es la congelación de los salarios en aquellas empresas estatales con pérdidas.

Como sexta línea básica de un programa dividido en seis capítulos fundamentales aparece el anuncio de "una activa política social" destinada a defender "a los estratos más vulnerables contra las manifestaciones más negativas del proceso de transición". Esos efectos suponen ya que la mayoría de la población come ahora menos o peor que antes. El primer canal de televisión informó ayer mismo de que el consumo de carne ha descendido el 47% y el de leche el 32% en Moscú. La compra de pan aumenta, para compensar.

El programa prevé la plena convertibilidad del rublo y el establecimiento de cambio estable, pero este objetivo ya no se considera posible para este mismo ano ' sino para el próximo, cuando la zona del rublo esté perfectamente definida después de que varios de los estados que formaron la URSS hayan creado sus monedas propias.

La decisión tomada semanas atrás de establecer una sola cotización del rublo a partir de hoy, 1 de julio, sí va a llevarse a cabo. La moneda rusa quedará flotando todo lo que queda de año, hasta que la economía esté lo suficientemente estabilizada como para fijar una paridad. De momento, el precio de salida, 125,26 rublos por dólar es mucho más bajo que los 50 o 60 rublos que se apuntaron en el momento de aprobarse la medida.

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