Aún hay Pirineos

Un observador poco informado, podía haber salido ayer del Tribunal Correccional de París con la impresión de que España y el País Vasco forman parte del continente australiano. Los testigos de la defensa plantearon un debate político profundo y espeso, repleto de afirmaciones solemnes y apelaciones a la historia. Una polémica que no puede pasar desapercibida en Francía, país donde muchas heridas de la guerra colonial de Argelia siguen abiertas.Todos los interlocutores, salvo la fiscal Irene Stoller, demostraron tener lagunas de información más que importantes respecto al objeto de la discusión. Así, al margen de la óptica interesadamente distorsionada del eurodiputado de HB Carmelo Landa, el escritor Gilles Perrault parece estar convencido de que "el 70% de los vascos votaron no a la Constitución", cuando la proporción real de voto negativo fue ínfima y sólo unida a la abstención superó a los votos afirmativos.

Jacques Abeberry, teniente de alcalde nacionalista de Biarritz, hablaba del voto mayorítario a favor de la autódeterminación registrado en el Parlamento vasco el 15 de febrero de 1990 y denunciaba como explicación de las acciones de ETA que aquel pronunciamiento de la Cámara de Vitoria "no se aplica".

Los partidos que participaron en aquel voto mayoritario, del que Abeberry fue testigo desde la tribuna de invitados, no sólo no han pedido su aplicación, sino que la mantienen expresamente suspendida. Esos mismos partidos, PNV, EA y Euskadiko Ezkerra, más el PSE-PSOE, que suman más del 80% de los votos representados en el Parlamento vasco, coinciden todos los días en condenar la violencia de ETA.

El juez Monfort, que, no coarta el debate político, pero recuerda siempre el carácter común de los delitos juzgados, tuvo también su desliz. Argumentó convencido que, según sus informaciones, "no son los partidos autonomistas los que consiguen la mayoría de los votos en el País Vasco español, sino los otros". Fue rápidamente corregido por Perrault, que de esto sí sabía.