John Major anuncia que se castigará por ley el contagio deliberado del sida
El primer ministro británico, John Major, se comprometió ayer personalmente a resolver el vacío legal en tomo a la propagación voluntaria del sida. El caso de Roy Comes, un ciudadano de Birmingham afectado por la enfermedad al que se acusa de haber contagiado a propósito al menos a cuatro mujeres, de las que una ha muerto, ha puesto al descubierto la carencia de leyes apropiadas, para este tipo de problemas en el Reino Unido. Cornes, que se encuentra oculto, proclamó ayer su inocencia a través de sus abogados, y anunció que pensaba querellararse contra quienes le han denunciado.El caso fue revelado el lunes por una de las presuntas víctimas, Lynette Russell, de 39 años y madre de dos hijos, quien afirmó haber contraído el sida a través de Comes. Éste, según ella, no le advirtió que padecía la enfermedad y se negó siempre a usar preservativos durante la breve relación sentimental que mantuvieron en 1990. Algo parecido ocurrió con Gina Allen, otra mujer de Birmingham que falleció hace meses, con 20 años, tras una relación con Comes. El padre de Gina, Ray Allen, pidió ayer "un urgente cambio en las leyes, que impida nuevas muertes y más sufrimiento".
"Me siento asqueado"
La identidad de Comes fue descubierta ayer por varios periódicos británicos. Comes, de 24 años, casado y con un hijo, dijo a través de sus abogados que las mujeres en cuestión sabían de su enfermedad, y que él siempre usó preservativos en el acto sexual. "Me siento asqueado, se me acusa erróneamente", dijo Comes, quien añadió que esas relaciones sentimentales eran previas a su boda y que las denuncias de Lynette Russell y de Ray Allen habían arruinado su vida.Lynette Russell, y los psicólogos del Ministerio de Sanidad que han seguido el caso, especulan con la posibilidad de que Roy Comes quisiera vengarse de su madre a través de otras mujeres. Comes padece una hemofilia heredada de su madre y contrajo el sida durante una transfusión de sangre efectuada en EE UU. Un equipo de doctores de Birmingham que ha seguido el caso considera "prácticamente seguro" que fue Comes quien transmitió el sida a las cuatro mujeres.
Major señaló ayer que no han tenido éxito las fórmulas ensayadas para estos casos en países como Australia y Estados Unidos (donde en algunos estados es posible el internamiento forzoso de los propagadores potenciales), y que los técnicos de Sanidad habían empezado ya a estudiar alternativas más efectivas.
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